Sigue violencia. La Organización de las Naciones Unidas estima que cinco mil 400 personas han muerto en los enfrentamientos violentos contra opositores del régimen en Siria.
La violencia contra opositores al régimen en Siria ha causado no sólo más de cinco mil 400 personas muertas, sino que 'docenas de miles' fueron arrestadas, desaparecidas o desplazadas al interior o fuera de ese país, informó la ONU.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, indicó en un informe a la Asamblea General que aunque no podría dar cifras actualizadas sobre víctimas fatales de la violencia en Siria, 'estamos seguros de que el número de muertos y heridos continúa en aumento cada día'.
Pillay explicó que habían dejado de contar el número de víctimas fatales en 2011, cuando estimaron que habían perdido la vida 'más de cinco mil 400' personas, debido a que no contaban con estadísticas confiables que pudieran sustentar sus cálculos.
No obstante, la comisionada manifestó este día que 'más de 300 personas han sido reportadas como muertas' en Homs desde que comenzó la ofensiva contra esta ciudad hace 10 días, la mayoría de las cuales cayó debido a fuego de artillería contra vecindarios civiles.
Asimismo, aseguró que 'decenas de miles, incluidos niños, han sido arrestados' y que más de 18 mil individuos se encontraban en detención arbitraria, en tanto que 'miles más han sido reportados como desaparecidos'.
Declaró además que la ONU estima que 25 mil personas han buscado refugio en países vecinos, en tanto que 'más de 70 mil personas se calcula que han sido desplazadas internamente'.
'El riesgo de una crisis humanitaria en Siria está aumentando', afirmó Pillay.
La comisionada reportó también que de acuerdo con el Gobierno sirio, alrededor de dos mil militares y fuerzas de seguridad del gobierno han sido asesinados en ofensivas opositoras.
'Estoy muy preocupada de que la tenaz represión mantenida y la deliberada provocación de tensiones sectarias podrían pronto hundir a Siria en una guerra civil', expresó la comisionada.
'TIRAN A MATAR' Pillay aseveró que el Gobierno sirio ha usado la política de 'tirar a matar' para controlar protestas pacíficas, además de que francotiradores apostados en edificios han disparado a manifestantes, ambulancias y gente que ha querido asistir heridos o levantar cadáveres.
Apuntó también que hospitales han sido usados como centros de detención y de tortura, una práctica 'extendida y sistemática' entre cuyos métodos se incluye la violación de hombres y de niños.
'La naturaleza y escala de los abusos cometidos por las fuerzas sirias indican que crímenes contra la humanidad fueron probablemente cometidos desde marzo de 2011', reiteró Pillay, quien recomendó por ello referir la situación de Siria a la Corte Penal Internacional.
El reporte de la comisionada fue presentado en tanto que circulaba en la Asamblea General una nueva iniciativa de resolución de condena a la violencia en Siria, que además solicita al presidente Bashar al-Assad ceder el poder para facilitar las negociaciones de paz.
Petición mexicana
La Organización de Naciones Unidas (ONU) no debe permanecer 'pasiva o indiferente' ante situaciones que puedan generar en una tragedia humanitaria, como es el caso de Siria, apuntó ayer la diplomática mexicana Yanerit Morgan.
'El principio de la no intervención llega a sus límites cuando hablamos de valores que son esenciales a la comunidad internacional y cuando ocurren graves violaciones a los derechos humanos', declaró la embajadora alterna de México ante la ONU.
La diplomática precisó que esto es así 'especialmente cuando éstas (violaciones) pueden constituir crímenes contra la humanidad'.
Durante una sesión en la Asamblea General de la ONU para abordar la situación en Siria, la diplomática mexicana reconoció los esfuerzos internacionales, en especial de la Liga Árabe, para buscar una solución pacífica al conflicto, y urgió a que continúen.
Tal como ha hecho la Secretaría de Relaciones Exteriores, la representante mexicana reiteró su llamado a las autoridades sirias a que detengan el uso de la fuerza contra los civiles y establezcan un diálogo que satisfaga las 'legítimas aspiraciones' populares.
'Es fundamental que la comunidad internacional afirme claramente que no tolerará que las normas básicas internacionales de derechos humanos se vuelvan irrelevantes', afirmó Morgan.