Si en el nuevo gobierno que inicia en Diciembre de este año, de verdad existen intenciones de cambiar para mejorar el sistema educativo de nuestro país, se requieren algunas condiciones básicas para que los cambios sucedan. Los problemas y retos que enfrenta el sistema educativo no son nada fáciles de resolver. Aunque el próximo Presidente y el próximo Secretario o Secretaria de Educación tuvieran muy claro el objetivo de colocar en el camino correcto nuestro sistema educativo, lo anterior no es suficiente.
El deseo de transformación para mejorar la educación requiere primero, del aprendizaje de todos: alumnos, padres de familia, maestros, directores de escuela, profesores universitarios y todo el personal del ámbito académico, para conocer en detalle nuestra situación actual, para percatarnos de la realidad que enfrentamos y para visualizar lo que nos espera si no hacemos nada al respecto. Este aprendizaje podría llevarnos a lograr la verdadera voluntad para elcambio de todo el sistema educativo. Se requiere saber en dónde nos encontramos respecto a la educación si nos comparamos con otros países, para saber delinear las estrategias educativas que nos permitan ser competitivos, que nos permitan desarrollarnos plenamente.
En la medida en que conozcamos nuestra situación actual, en esa misma medida seremos capaces de encontrar las soluciones, sobre todo si conocemos y tenemos la referencia de lo que han hecho en otros países para contar con educación de calidad, para tener una educación como la definía el maestro griego Licurgo: una educación basada en la concepción exacta de la vida, que permita a nuestros hijos esclarecer su inteligencia y trabajar sus potencialidades interiores para ser cada día mejores.
También se debe definir por dónde empezar, qué es lo que más necesitamos cambiar para tener una educación relevante y de calidad, cuáles son los factores clave , lo que de verdad nos hace mucho daño frenando las intenciones de cambio, definir métodos, estrategias y planes para implementar los cambios y sobre todo, asignar recursos y seleccionar a personas capaces de hacer lo que se necesite hacer y que sean persistentes a lo largo del sexenio para implementar los cambios y preparar el camino del sexenio siguiente.
En su libro de 422 páginas "Basta de Historias", Andrés Oppenheimer demuestra que "mejorar sustancialmente la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación no es tarea imposible. Pero sí tremendamente necesaria. El siglo XXI es el siglo de la economía del conocimiento. Contrariamente a lo que pregonan presidentes y líderes populistas latinoamericanos, los países que avanzan no son los que venden materias primas ni productos manufacturados básicos, sino los que producen bienes y servicios de mayor valor agregado. Basta de Historias es un agudo viaje periodístico alrededor del mundo, que aporta ideas útiles para trabajar en la principal asignatura pendiente de nuestro país y la única que nos podrá sacar de la mediocridad económica e intelectual en la que vivimos: la educación".
El libro de Oppenheimer busca crear un movimiento nacional que pugne por colocar a la educación en el centro de la agenda política, a reconocer lo mal que estamos. Menciona Andrés que, a diferencia de lo que ocurre en Corea del Sur, en donde el principal problema de las autoridades es que los padres son "demasiado exigentes" con el sistema educativo, en México, y en Latinoamérica en general, hay complacencia de la sociedad y que sólo un gran acuerdo nacional entre grupos sociales, sindicatos y partidos políticos, pueden convertir en prioridad el alcanzar una educación de calidad que nos saque del hoyo para superar el atraso ancestral.
La Universidad La Salle ha invitado a Andrés Oppenheimer a visitar la Laguna y dictará una conferencia en el Teatro Gómez Palacio mañana a las 5 de la tarde. Por la noche, asistirá a una cena con representantes de la comunidad universitaria y de los empresarios para intercambiar opiniones respecto a este importante tema de la educación.
Le deseo a la Universidad La Salle mucho éxito en este gran esfuerzo por traer a Andrés Oppenheimer y que los resultados se reflejen en cambios que cada uno de los participantes en el proceso educativo podamos hacer por nosotros mismos y que nos aglutinemos en ese movimiento nacional para evitar que los planes, programas y deseos de cambio educativo queden en este nuevo sexenio, en el arcón de las promesas fallidas.
Hay una canción escrita por Joan Manuel Serrat llamada La Fiesta. En ella, Serrat describe como los habitantes de un pueblo participan en una fiesta anual y celebran de manera eufórica con todos los demás pobladores, olvidándose en ese día, con ese festejo, de la rutina diaria a la cual regresan de nuevo una vez que la fiesta ha concluido y todo sigue exactamente igual que antes en el pueblo.
La Laguna ha sido visitada por muchas celebridades que con sus conocimientos y experiencia nos han mostrado el camino para ser mejores en muchos ámbitos (sólo dos botones de muestra: un renombrado arquitecto que dio sus puntos de vista acerca de algunas obras municipales y un experto de India que hace tres años propuso un excelente plan de desarrollo económico con el impulso a las tecnologías de la información), ellos nos dejan en el momento, muchos deseos de cambio y éstos se van diluyendo conforme pasan los días y finalmente seguimos exactamente igual. Ojalá que cuando parta de nuestras tierras Andrés Oppenheimer, no pase lo que cantaba Serrat en su canción: "vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas".
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