Miren muchachas, como dijera mi madrinita, nada debemos envidiar a esas espantosas mujeres cuyos cuerpos adornan, sin pudor alguno, las pantallas de todos tamaños porque, simple y sencillamente, tenemos lo mismo. (¡¿Quién dijo eso de "sí, pero mejor acomodado"?!).
Yo iré aún más lejos: no tenemos lo mismo… ¡tenemos muchos más, y a las pruebas me remito! Citaré sólo a unas cuantas despampanantes porque son mis argumentos contundentes; y si consideran que saldré por la tangente aludiendo a cuestiones intelectuales a fin de superar a estas pobres inocentes, están equivocados, se trata exclusivamente de temas corporales.
Respecto de Ninel Conde, Thalía y Jenifer López, explicare cómo, por mucho, las superamos. En orden de mención: casi todas nosotras, chicas, tenemos doble ancho de nariz, triple ancho de cintura y cuádruple de chamorro que esas fulanas, respectivamente (El otro día, un señor que vendía botas, dijo que debía llevarme varios pares porque mis piernas valían por las de dos señoras. ¿Lo haría sólo por vender más? Supongo que sí, es que están a comisión). Alguien contestará: la primera, por ser pobres y sin cirugía; la segunda, por ser mexicanas sin apellido Sodi; la tercera, por cometer el grave error de representar justo la edad que tenemos. Anden, ni hagan caso a las voces de la envidia y la incomprensión.
Si no fuesen suficientes mis palabras anteriores, debo hacer alarde de cuánto amor despierta la perfecta anatomía con que la naturaleza me dotó: mi marido, a menudo me recuerda que yo valgo el doble que Beyoncé, y hasta hace la medida separando las manos a mi costado para demostrar su dicho. ¿Qué tal? Claro, se ha dado a la tarea de medir bien a esta insulsa muchachita para poder tener punto de comparación. ¡Cuán lindo mi viejo!
Está de más aludir a los kilos con los que superamos a Niurka, Madona y Anahí; pensándolo en términos rastreros -o sea, del rastro eso nos convierte en valiosas presas. Al respecto, ellas, en la vida real, deben ser rechazadas por los caballeros, porque a los que tenemos en casa siempre nos dicen cuanto nos prefieren llenitas.
¿Lo ven? Y ustedes, mujeres de la farándula, ahí luciendo sus flaquezas. ¡Ah, cómo las compadezco!
(dreyesvaldes@hotmail.com).