Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

ORDENANDO EL CAOS

APLAUDAN A LAS DROGAS

Dalia Reyes

Me pasé el fin de semana repasando la vida de Amy Winehouse. Tuve emociones encontradas ante una historia de tanta determinación y fatalismo.

El asunto del divorcio entre sus padres me dejó claro lo siguiente: los niños llegan a nosotros, sin excepción, con la misma vulnerabilidad; es falacia vil aseverar algo así: "desde niño tuvo ese carácter". En realidad, los chicos tienen un carácter a partir de cómo los signen los adultos.

La cantante británica mostró por primera vez un aparente desvío cuando tenía ocho años y su padre dejó el hogar para ir a vivir con otra familia: ella se hacía cortadas en los brazos usando un cuchillo. No se requiere ser psicólogo y entender esa protesta física, a falta de lenguaje suficiente para manifestarse en contra de las decisiones tomadas entre los grandes.

Puedo aceptar voluntad y determinación genéticamente previstas; para qué la va a usar una persona, eso lo decide cada individuo a partir de su entorno social. Amy tenía ambas, y en cantidades estratosféricas, pero las dos fueron encaminadas hacia la autodestrucción certera.

Soportar las heridas autoinfligidas era ya bastante evidencia. Decidir si acababa su existencia entre las drogas o entre los intentos por dejarlas, nadie negará que fue una máxima lección en la capacidad para decidir sobre uno mismo.

Sin embargo, siempre quedará la duda sobre si ella hubiese sido capaz de tomar un camino distinto: si sus padres no se hubiesen separado,primero; y segundo, si millones de personas no hubiesen aplaudido sus canciones de idolatría a las drogas y su forma de consumirlas. ¿Cómo esperábamos que alguien se rehabilitara, cuando su desfachatez musical sobre el consumo de estupefacientes la estaba volviendo millonaria? Se acabaría, quizá, el vertedero de su riqueza, la fama y esa economía boyante que permite a cualquiera elegir cómo y cuándo quiere morir.

¿Estoy insinuando a una sociedad culpable por el devenir de Amy Winehouse? No, ninguna insinuación: estoy aseverando la responsabilidad de los otros en cada miembro de ella. La influencia de nuestro contexto inmediato nos programa, nos cultiva, nos hace crecer, reproducirnos -o no- y morir de tal o cual manera.

Al final de cuentas, ella estuvo cierta de la forma como quería morir; nosotros, en cambio, aplaudiendo su descontrol le pedíamos redención. Creo, ahora, que si Amy Winehouse aún viviera, como quiera estaría muerta.

dreyesvaldesotmail.com

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 756902

elsiglo.mx