Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

ORDENANDO EL CAOS

VOY A DECIR LA VERDAD

Dalia Reyes

"Esta bicicleta está apropiada para todas las edades, sólo que tiene que lavarla, ponerle diesel a la cadena y también hay que llevarla a arreglar cuando compren la bicicleta. ¡No le funciona el freno derecho! y también las llantas están ponchadas y la llanta de adelante está a punto de salirse".

El párrafo anterior pendía de una bicicleta puesta en venta. Los viandantes interesados en la compra, acercaban sus pasos hacia la reja ante los ojos esperanzados del chiquillo, dueño del artefacto. Antes de terminar la pregunta referente al precio, los adultos lanzaban carcajadas abiertas ante las advertencias, a diferencia de los niños.

Los pequeños capaces de leer el mensaje e interesados en adquirir el vehículo, argumentaba a sus padres las numerosas posibilidades de repararlo y usarlo sin pendiente ninguno ante el detalle de los desperfectos. Uno de ellos, recordó a su progenitor aquel auto tan deficiente que adquirió la familia y sin que nadie se los advirtiera, resultó plagado de fallas y riesgos. Por lo que hacia a la bici, ya sabían a que atenerse.

Caída la tarde, el joven dueño tomó su artículo en venta y lo acomodó, de nuevo, en el patio. Entró a casa, tomo la cena y se preparó para dormir sin decir palabra alguna. Ya en la cama, luego de escuchar un cuento, preguntó: "Mamá ¿por qué la gente se ríe de mi anuncio?"

El niño tiene ocho años; es mi hijo. No imaginan cuanto trabajo me costó explicarle cómo la honestidad se diluye en las personas conforme cumplen años. No era su anuncio el equivocado, sino quienes tradujeron una verdad bien intencionada por estupidez infantil.

Asumo su letrero como el resultado de insistir sobre lo riesgoso de la mentira y el engaño, así que lo animé a continuar con su empresa, a ser paciente hasta encontrarse con un comprador lo suficientemente inteligente como para comprender el mensaje.

A la mañana siguiente, alguien trasteaba en el patio. Era él, corrigiendo el anuncio de venta y temí que estaría "maquillando" la realidad de su bicicleta; fui a su lado y le pregunté al respecto. Me contestó lo siguiente: "Sí, lo estoy corrigiendo, es que había escrito labar en lugar de lavar; ¿así está bien, verdad?"

Lo abracé muy fuerte, le di las gracias y ambos nos sentamos frente a la reja con el letrero bien repintado en color rojo.

dreyesvaldes@hotmail.com

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 765910

elsiglo.mx