Si debo elegir, prefiero a Iron Man, por su cercano parecido con Max Steel: ambos son entre socarrones y tiernos, con un atractivo irresistible. Sin embargo, debí quedarme con Hawk Eye, porque aquel hombre costaba un dineral.
Créanmelo, busqué en tiendas varias; en algunas, debo aceptar, hube de irme por falta de estacionamiento o exceso de clientela. Acabé en Walmart y las ofertas sólo estaban en la marca Hill Country, a más de algunas promociones en artículos para vacacionar que incluían boletos para el sorteo de viajes con Best Day.
Aproveché una vuelta a City Club y, en efecto, los Avengers estaban completitos, pero una señora me tocó el hombro y dijo como en secreto: "Están más baratos en Sams". Accedí a ir pues, de otro modo, m alma no hubiese tenido tranquilidad los próximo 15 años de mi hijo. Encontrarnos al fulano, lo compraos casi a la hora de la comida y decidimos hacer escala en Samborns.
Mucho me sorprendió ver cuánto han incrementado el precio del Love, así que tomé la determinación de cambiar el perfume por un cd de Big Time Rush; por cierto, venía con un Hot Wheells de colección como regalo.
También había mucha gente en el restaurante, pero como agregaron un loft al lugar, pudimos acomodarnos sin problema, y hasta nos quedo tiempo para ve una Lap Top que me interesa, aunque quizá la cambie por una Palm ¿Alguna recomendación? No tomé la decisión pues me interesa tener Blue Tooth y Blue Ray 3D, además de entradas para memory stick.
El camino a casa tuvo aún otras escalas: en Office Deepot compré el cartucho para la impresora; el mueble para la próxima computadora, en Home Deepot. Estando justo ahí, recibí una llamada desesperada de mi sobrina para que le hiciera entrega a domicilio de una hamburguesa Carl`s Junior, sin embargo, sólo tenía cerca Burger King. Al final, se decidió por una cajita Kentucky Fried Chicken o una pizza Dominos.
Por fin llegamos y mi hijo, sin demora, abrió el paquete con su súper héroe, pero se encontró con una mala noticia: requería pilas especiales. De este modo, ahí me tiene de nuevo en la calle, ahora rumbo a Battery Master, donde me mostraron un modelo Eveready desconocido para mí, yo nada más sabía de esas que le poníamos a los Cabagge Patchs y a los juguetes de Marvel.
Al final del día, me pude instalar cómodamente en el sofá para ver American Idol. Ahí, una chica cantó en español y me sentí tan orgullosa de cómo la identidad mexicana anda por todo el mundo; así que podemos dormir tranquilos, nadie nos robará la mexicanidad por ningún motivo.
dreyesvaldes@hotmail.com
