Válgame la Virgen, cómo se encontrará ahora la pobrecita de Letizia Ortiz Rocasolano tras lidiar con tanto problema que se le vino encima con una abuela morosa, un padre dudoso y un calzón traicionero. Asumo, querida mía, esto último lo peor y más difícil de solucionar, considerando la postura real, me refiero al título nobiliario, no a lo mal sentada que estuvo cuando le tomaron esa foto indiscretísima.
Todos reconocemos en ella un ícono de la moda entre mujeres casi, casi modernas, pero, desgraciadamente, los precursores en las formas de vestir pueden enseñar hasta las entrañas siempre y cuando no estén casadas con un próximo rey extra conservador y extra católico.
Ya le mandé mi apoyo abierto y espontáneo; le dije: mira Letizia, lo mejor de todo es que los medios empiezan a reconocerlo como una costumbre, tic o moda por venir tuyos. "Esta no es la primera vez que la princesa Letizia muestra, sin querer, su calzón", publicaron en México y España. Ahí está, ¿por qué ahora sería noticia? Mira, quien quite y Kate, la Princesa de Orange y hasta la Infante Elena empiecen a tomar la idea.
¿En verdad serían descuidos? Yo que ella, estimada colega periodista, afirmaría que es parte de una estrategia para distraer a los ibéricos de tantos problemas económicos, laborales y ahora, en consecuencia, en educativos.
Lo bueno, entre todo lo malo, es que ella siguió el consejo de su abuela -no la defraudadora, sino la otra- de traer siempre un calzón limpio, albo y presto, por si hay un incendio, derrumbe, desalojo o paparazo, así los rescatistas y lectores descubrirán lo pura que es su alma en lo mas recóndito de ella.
Tampoco es cosa de apenarse demasiado. Yo conocí a una señora quien dejó el fondo en medio del súper y ella, muy listilla, lo recogió frente a la cajera y le dijo: "este es mío, señorita"; claro está, ella no era una princesa, y así sea que una servidora enseñe los entresijos, a nadie le importaría pues no gozó de semejante fama.
De ahora en adelante, cierta estoy, muchos lectores estarán atentos a toda fotografía de la muy elegante Letizia y sus posturas reales, tan reales como la ropa interior que se pudo ver en las imágenes.
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