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ORDENANDO EL CAOS

ESTOY PRISCA

Dalia Reyes

Todo pasó porque la providencia me hizo llegar una caja de membrillo. Mucho tiempo ha que no me deleitaba ese sabor agridulce, perceptible sí con el gusto, pero más con el ceño;es increíble, pero rescató de entre las ánimas a un montón de personajes puestos en la lista de mi vida. No fue el membrillo en sí, sino la pelusa superficial que vuelve prisca su firmeza.

No sé qué sucedió con mi vecina ni con Socorro; también desconozco adónde fue prisco atractivo, pero la palabra abrió en mi mente una caja de Pandora y me hizo subir a la rueda de la fortuna, pero de esa descrita en Carmina Burana.

Socorro, amiga de mi mamá, siempre remataba su mandato con un cariño muy sui géneris: "Tráigame un cigarro de la tienda… ay, pero si estás bien prisca" y me pellizcaba un brazo. Pero Prisca era, en realidad, mi vecina, así la llamaron. Y, en efecto, lo estaba: era una joven de mediana estatura, con cuerpo de actriz de los cincuenta, y una belleza mexicana innegable. Como también era innegable el embrujo del cual fue víctima, pues empezó a padecer extrañas enfermedades e, incluso, un día cayó sobre su cama el candil pendiente en el techo y ella apenas se salvó.

Los duraznos en la huerta del abuelo también eran priscos, rosados, entre suaves y firmes, con un hueso pequeño oculto en un hoyo perfectamente moldeado que me provocaba conservarlo, pero mis hermanos mayores se decían capaces de guardarme la fruta, pero no el agujero. Así como el candil de Prisca, muchas veces caí al piso por treparme al árbol a fin de conseguir la mayor cantidad de piezas, todas ellas acomodadas en la bolsa hechiza, formada con la falda de mi blusa.

Es muy curioso esto, pero el corrector en mi procesador de texto no me acepta la palabra como un adjetivo, acontecimiento deplorable, pues "prisco" sirve como calificativo, recordatorio, pretexto para un poema o gatillador del hambre.

Ahora mismo voy a navegar entre el aroma del membrillo y el extracto de la vida. Estarán en mi mesa don Felipe, Socorro, Prisca, Cristóbal, Mencha, un gato perdido, el manto junto a la acequia, los duraznos, la Gamuza y el Oso. ¿Gusta usted?

dreyesvaldes@hotmail.com

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