Oribe Peralta reconoció que ante Guyana jugaron apurados y llegaron a desesperarse al no encontrar el gol. (AP)
Guyana dejó una lección para el futuro. Echado atrás, sin mayor técnica, los Jaguares Dorados marcaron al Tri con una enseñanza valiosa para encarar este tipo de encuentros eliminatorios: la paciencia.
Oribe Peralta reconoció que esa virtud se convirtió en desesperación. No sabía por qué el balón no entraba a la portería de Derrick Carter. Tiros y tiros de todos lados, de todas las distancias y por casi todos los futbolistas que estuvieron en el campo por el cuadro nacional.
"Buscamos y buscamos el gol, pero no sé, no entiendo por qué no caía, porque estábamos encima; estuvimos apurados. Tuvimos que trabajar más el partido porque si hubiera caído el penalti [fallado por Javier Hernández] hubiéramos liberado la presión. Se saca provecho de este partido, donde entiendes que debes de seguir hacia adelante y tomar todo con seriedad", dice.
En ese trance, de errores ofensivos, la selección nacional aprendió a no dejar de insistir, a nunca renunciar a ir al frente porque los goles tarde o temprano caerán, de acuerdo al análisis del delantero de Santos.
"Estuvimos apurados en la definición. No pudimos hacer el gol en el primer tiempo, pero al final lo importante era ganar, lo conseguimos y eso es lo que buscábamos", confiesa.
* ¿Llega a presionar que los goles no lleguen rápido?
- Más que sentirnos presionados, te empiezas a desesperar -explica el "Cepillo"- empiezas a querer hacer todo más rápido y eso resulta perjudicial. Tienes que tranquilizarte y entre más opciones tengas, más sereno vas a estar a la hora de la definición.
Balones a los postes, un penal fallado, disparos de media distancia que se fueron a un lado o por encima de la portería. Las sensaciones de incredulidad acechaban a Oribe, quien no quiere que esa experiencia se repita.
"Tienes que seguir y seguir, el equipo mostró actitud y no dejó de ir al frente durante los 90 minutos, entonces eso es lo rescatable", recuerda.