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PALABRAS DE PODER

JACINTO FAYA VIESCA

Del razonar adecuadamente depende en una gran parte nuestra conducta moral

El saber pensar, el pensar correctamente, constituye la capacidad suprema de toda persona. Del razonar adecuadamente depende en una gran parte nuestra conducta moral y nuestra felicidad.

Blas Pascal, el genio en geometría, matemáticas y filosofía, escribió una de las obras cumbres del pensamiento humano. Me refiero a su obra, Pensamientos. En los puntos 11 y 13 de ésta obra, textualmente escribió:

"El hombre no es más que un junco (un tallo delgado de una planta que lleva ese nombre), el más débil de la naturaleza, pero un junco que piensa. No es necesario que el universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota de agua son bastante para hacerle perecer. Pero, aun cuando el universo le aplaste, el hombre sería más noble que lo que le mata, porque él sabe que muere. Y la ventaja que el universo tiene sobre él, el universo no la conoce".

"Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento. Esto es lo que puede ensalzarnos, no el espacio y la duración que nosotros no podríamos llenar. Esforcémonos, por consiguiente, en bien pensar: he aquí el principio de la moral".

"El hombre está visiblemente construido para pensar: Ésta es toda su dignidad; y todo su mérito, y todo su deber consiste en pensar como es debido; el orden del pensamiento en empezar por sí mismo".

Pascal resalta la debilidad física del hombre, quien puede morir por las más mínimas causas. Y a la vez resalta la "grandeza de su pensamiento", grandeza mucho mayor a la inmensidad del universo "no pensante". Pascal admiraba muchísimo a Descartes, filósofo francés que consideraba "el pensar" como la actividad más importante de todo ser humano, y a ello dedico su vida entera. Toda persona sabe que va a morir, y esa conciencia le da una ventaja "total" sobre todas las cosas que no piensan.

Para Pascal toda nuestra dignidad reside en el pensamiento, y es que el pensamiento es lo único que puede permitirnos conducir nuestras vidas de acuerdo a los principios fundamentales de la moral.

La construcción de todas las civilizaciones y culturas, han residido en una base fundamental: el bien pensar, el encaminar nuestra razón en búsqueda de la verdad. La verdad es la realidad de las cosas. Si pensamos erróneamente, no podremos conocer la realidad, es decir, la verdad. Sólo podemos pensar cuando reflexionamos y examinamos con cuidado una cosa, a fin de podernos formar una idea clara sobre ella.

La única finalidad de pensar consiste en conocer la realidad de una cosa, el querer formarnos una idea clara que nos conduzca a la verdad o que nos aproxime a ella lo más posible. El error, que puede causar los más grandes desastres en múltiples campos de nuestra existencia, es, simplemente, el creer que "ese error" es lo verdadero. El error es lo contrario a la realidad, es decir, a la verdad.

De nada sirve que una persona goce de un altísimo grado de inteligencia, si al reflexionar sobre un asunto no lo examina con cuidado, y cae en el error. Y peor aún, cuando una persona decide y actúa sobre asuntos fundamentales de su existencia, no en base a un proceso objetivo de su entendimiento, sino inclinándose en base a factores como sus caprichos, prejuicios o mala fe.

Nuestro razonamiento alcanza la cumbre de lo sublime solamente cuando estamos empeñados en buscar la verdad, en querer conocer la realidad.

Un mecánico que conoce la ciencia de la mecánica, un agricultor que sabe la técnica de la agricultura, un sencillo profesor de matemáticas que domina esa ciencia, piensan de manera acertada sobre sus oficios cuando respetan sus fundamentos. En cambio, cuántas personas de gran posición social y de alta inteligencia enderezan su entendimiento no buscando la verdad, sino haciendo alarde de una razonamiento aparentemente brillante, pero que de antemano, lleva el propósito de obtener ventajas personales falseando la realidad.

La inteligencia, el razonamiento correcto, el entendimiento en busca de ideas claras y distintas (como lo pedía Descartes) causa bienes inimaginables, cuando se pretende usarlo en busca de la verdad.

Y aun, el razonamiento de "buena fe", pero equivocadamente encaminado, conduce siempre al error. Y si la persona "cree" que ese error es la verdad, por más buena fe que haya, no se podrá conocer la realidad de una cosa.

Por ello, nuestras ideas preconcebidas, caprichos, las especulaciones sin fundamento, todo tipo de suposiciones, nuestros intentos de pretender leer la mente de los demás, el creer que sabemos lo que la otra persona piensa, la falta de conocimientos básicos en múltiples áreas del conocimiento, nos impide conocer la verdad.

"Para el sabio, vivir es pensar", escribió Cicerón. Los buenos pensamientos son siempre generados por el uso correcto de nuestra inteligencia. Pensar adecuadamente es pensar correctamente, de manera objetiva y en base a querer buscar la verdad. El inmenso genio, Platón, en su obra suprema, La República, escribió: "Las razón es la facultad soberana del alma, la fuente de todo conocimiento, el principio que determina toda acción humana".

¡Recordemos, que uno de los obstáculos más graves para pensar certeramente, es cuando violamos uno de los principios supremos para saber pensar, que enseñaban los toltecas, y que consiste en que nos basemos en suposiciones!

¡Nuestras suposiciones que no validamos, son fuente de graves errores y de intensos sufrimientos!

jacintofayaviesca@hotmail.com

twitter: @palabrasdpoder

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