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PALABRAS DE PODER

Vivir ajustado

JACINTO FAYA VIESCA

EL QUE NUNCA SE SACIA CON MÁS, HA ENFERMADO DE CODICIA

Una gran cantidad de pensadores de muchos países, considera que Francisco de Quevedo, filósofo, poeta y escritor español, ha sido el hombre más inteligente que jamás haya existido.

Durante todo este año y cada mes, analizaré algunos de sus pensamientos que a lo largo de muchos años, he escogido como inapreciables perlas de sabiduría de este autor.

"Nadie fía de prosperidades -dice Quevedo-: sólo el vivir ajustado es el mejor estribo".

Como sabemos, el estribo sujeto a la montura puesta en un caballo, cambió la geografía política mundial, durando hasta ahora sus consecuencias. El estribo en la montura hizo posible la invasión de muchísimos países. Anteriormente, el jinete -aun con montura, pero sin estribo- tenía que hacer toda suerte de equilibrios, pues sus piernas y pies carecían de total apoyo.

Un jinete sin estribos tenía una gran ventaja sobre el soldado de infantería, de a pie. Pero cuando se inventó el estribo, el jinete cargaba todo su peso en cualquier dirección, y su ventaja sobre el soldado de infantería enemigo, se multiplicó por muchas veces.

Pues bien, el genial poeta Quevedo, hace referencia al estribo dado el poderoso apoyo de este invento, para decirnos que el mejor "estribo" (apoyo) no consiste en que estemos viviendo en un estado de "prosperidad", sino en que vivamos "ajustados".

Quevedo, gran estudioso de los clásicos griegos y romanos, siempre insistió en su amplia obra escrita, que el "fiarse", es decir el "confiarse" en un estado de prosperidad es una gran locura. Quevedo nos muestra muchos ejemplos de reyes que perdieron sus reinos, de militares y políticos encumbrados que perdieron la vida por altas traiciones (Julio César, Pompeyo, y cientos y miles de casos en todo el mundo).

Nosotros hemos visto, y muy recientemente en el caso de Estados Unidos de Norteamérica con la crisis de 2008, cómo millones de estadounidenses que gozaban de prosperidad, quedaron en la ruina económica.

Las bolsas de valores de América, Asia y Europa, son fábricas de nuevos millonarios y de una enorme cantidad de nuevos pobres que pierden día a día sus fortunas, al confiarse en su prosperidad.

"La diosa fortuna desbarata por sí sola las previsiones de cien sabios", escribió el romano Plauto. Un refrán de la Roma Antigua, dice: "La fortuna y el viento nunca permanecen en la misma dirección". El romano Publilio Siro, sabiamente escribió: "La fortuna vuelve necio a aquel a quien da demasiado".

En la Grecia Clásica, un pensador de nombre Cleóbulo adquirió fama de sabio por un solo pensamiento, el que fue escrito y grabado en piedras de famosos monumentos. Este romano dijo: "Nada en demasía". Y la realidad de las cosas, es que al hombre le es más fácil vivir aun en la estrechez económica, que en la abundancia.

Un refrán popular dice: "El que nunca tuvo y ahora tiene, loco se quiere volver". Pero esto no les sucede solamente a los nuevos ricos. Los ricos, aun los que formaron su riqueza con grandes esfuerzos, es muy difícil que conserven la mesura y la sensatez. La ambición y la codicia son hermanas entre sí, y desde que nacieron adoptaron a sus dioses preferidos: la riqueza, el dispendio, el desperdicio, lo efímero, y en muchos casos, la soberbia y el hambre insaciable de "tener más".

Actualmente estamos presenciando una verdadera crisis económica, social y política relacionada con la salvaje acumulación de riqueza: hambre en más de mil 200 millones de seres humanos en el mundo, cincuenta mil niños diarios que mueren por desnutrición e infecciones por carecer de lo indispensable, desigualdad económica que está rompiendo las estructuras sociales, desempleo masivo, desesperación y angustia.

Parece ser que el mundo, tarde que temprano, se hará de nuevos paradigmas: en vez de úsese y tírese, vendrá el reciclaje; ante el desperdicio del agua, su ahorro, pues el agua en veinte años más, será uno de los problemas más graves del mundo; ante el dispendio, el ahorro; ante un capitalismo voraz, ladrón, insultante y discriminador, necesariamente tendrá que haber un reparto más equitativo de la riqueza; y el mundo verá gente muy rica, pero no con los niveles insultantes de riqueza de hoy en día.

"Vivir ajustado es el mejor estribo", nos aconseja Quevedo. El solo desear "vivir ajustado" implica el no estar deseando como enfermos codiciosos el tener cada vez más.

Cuando algunas personas me preguntan si puedo decirles algunas naciones que vivan muy bien económicamente y que al mismo tiempo no haya personas en esos países que posean riquezas insultantes, y que además también gocen de una alta calidad de vida, de seguridad pública, de cero corrupción y hasta niveles de mayor felicidad en sus poblaciones, les digo que, ¡sí los hay!

Yo viajé por esos países en 1981, y son los siguientes: Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia. Todas estas naciones gozan de las características que me preguntaron. ¡Tengo la absoluta convicción, que entre otros factores, son naciones con valores muy distintos: respetan la naturaleza y el medio ambiente, detestan la codicia y la corrupción, aman la solidaridad y la justicia social!

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