LA PERSONA ‘LIGHT’ ESTÁ HUECA POR DENTRO, AUNQUE SU FACHADA SEA APARENTEMENTE ENVIDIABLE.
El término “hombre masa” lo descubrió genialmente José Ortega y Gasset en España, en su obra La rebelión de las masas, libro que sigue siendo de una total actualidad. Este “hombremasa” carece de juicio crítico y es arrastrado por unos cuantos líderes.
Nuestro actual hombre “light” (y también mujeres, por supuesto) es todo lo contrario a la persona pensante, a la que defiende sus valores y puntos de vista. La persona “light” está hueca por dentro, aunque su fachada sea aparentemente envidiable: automóvil del año, ropa de moda, simpática, libre y conciliadora con todo el mundo.
La persona “light” nada tiene que atacar ni defender, pues todo está bien, y como para esa persona “todo es relativo”, lo mismo le da una opinión que otra, un gobierno que otro, y todos los puntos de vista son valiosos. Esta cómoda visión no le permite tener ninguna toma de conciencia sólida en moral, política, gobierno o costumbres. Una de las características de las personas “light” más desgarradoras y realmente trágicas, es que han perdido casi por completo su “capacidad de asombro”. De nada se asombran, pues todo les parece tan natural, que no hay lugar en la conciencia ni en el corazón para “maravillarse”.
Si el Continente Africano se está diezmando por las guerras tribales y civiles, por el hambre o por el Sida (recordemos que es en el Subsahara en donde más de cuarenta millones de personas están infectadas deVIH), pues no es problema de las personas “light”. Y si algún interlocutor se preocupa por estos temas, las respuestas de la persona “light” son: “No te la compliques”, “Cámbiale de tema”, y “¡Salud!”, si la plática tiene lugar en algún bar. El “light” no se pude poner “pesado” en la plática, obviamente, pues es ligero.
La persona “light” carece de juicio crítico y de conciencia histórica; las cosas malas no las puede remediar, así que por qué preocuparse de ellas; es simpático y cordial, pero jamás comprometido; sus pláticas nunca se inclinan a los grandes temas de la moral y de la política, y sí en cambio, se inclinan a una aguda curiosidad de tinte marcadamente femenino; carece de una coherente expresión verbal y no le interesa lo que está más allá de su presente inmediato.
Como podemos observar, la persona “light” en la superficie es activa, alegre, informada y cortés, pero en el fondo su actividad es un simple activismo, pues su impacto en la sociedad es nulo, aunque esa persona se enriquezca y crezca a costa de otros. Es alegre, pero su alegría es superficial, del momento, y carece de la jovialidad que sólo puede ser el resultado de profundas satisfacciones.
Está informado, pero su información consiste en la mera acumulación de datos inconexos y jamás tiene un concepto profundo y claro de temas trascendentales de la vida. Su cortesía es propia del “queda bien”, del que no desea controversia ni riesgos, es un cortés de maniquí, incapaz de confrontarse arriesgadamente con nadie. La persona “light” no es sabia en lo absoluto.
La sabiduría solamente se da en el cultivo de ideas y sentimientos forjados durante mucho tiempo. La sabiduría implica defender posturas morales, políticas y sociales. La sabiduría nace de tomar la vida “en serio”, lo que jamás podrá hacer el hombre “light”, a quien lo sólido, lo comprometido y lo moralmente valioso le es ajeno.
La persona “light” ha hecho de los placeres físicos una de las dimensiones fundamentales de su vida. Ha hecho del éxito económico y profesional, el lugar al que es necesario arribar a toda costa, aunque en el camino queden regados su cónyuge, hijos, amigos queridos y nobles sueños antes soñados. La persona “light”, hombre omujer, pretende quererse tanto a sí misma, que su corazón ya no tiene espacio para que otras personas puedan ser queridas.
La persona “light” es “narcisista” en un grado patológico: “No importa que los demás no me quieran con tal de que yomequiera amímismo”. Yo pienso que más tarde o más temprano, la persona “light” explotará. Su grandiosidad es simple aire y fatuidad, y cuando reviente, verá por vez primera los daños que ha causado: cónyuge, hijos y amigos queridos muy seriamente dañados; sueños rotos, rompimientos sentimentales, capacidades naturales desperdiciadas y vocaciones abandonadas. El despertar de la persona “light” no puede ser otro, más que el despertar a la angustia y a la depresión.
Estas personas light (ligeras) es una nueva forma de conducirse el ser humano, manera que se desarrolló a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial. Se podría objetar afirmando que personas ligeras las ha habido siempre, y como muestra tenemos a los hombres y mujeres de la nobleza europea, quienes se entretenían con caballos, bailables, deportes, la visita a espectáculos y muchas diversiones más.
¡Esto es cierto! Hombres ligeros los ha habido siempre y siempre los habrá. Sólo que me estoy refiriendo a una nueva formade conducta humana propia de nuestra sociedad posmoderna y de hiperconsumo.
Y el problema grave se dio a partir que la sociedad del hipersonsumo (capitalismo demente) aisló al individuo. Hoy en día, un alto porcentaje de la población de estas sociedades, ha producido un “individualismo” tan frío e indiferente a los problemas sociales, que ha venido a desembocar en un real “nihilismo”.
Este “nihilismo”, no acepta códigos de ética, ni ideologías políticas ni sociales. Rechaza todo tipo de obligaciones hacia la comunidad, y no se sujeta a ningún tipo de ley, moral, o a usos y costumbres sociales.
¡El hombre ligero, el individualista, el nihilista, comparten mucho en común: en el hombre ligero, su total falta de compromiso con la vida, lo convierte en un ser volátil y desunido de la tierra; en el individualista, el mundo es él y debe girar a través de él; y en el nihilista, la tierra puede arder, y si pudiera hacer algo por apagarla, no lo haría!
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