Olvido. Un mezquite se cierne sobre varias tumbas, que parecen no haber sido visitadas en décadas.
Durango
Independientemente de la responsabilidad oficial en el descuido que sufren algunas zonas del panteón de Oriente -el más grande la capital- existe otra que es recurrente: la de los deudos de los moradores.
Además de la hierba que crece en los pasillos y del abandono de materiales de construcción en zonas de tránsito vehicular y peatonal, es evidente el abandono de cientos de tumbas. Algunas tienen décadas sin ser visitadas, mientras que otras reciben mantenimiento de manera esporádica.
En imágentes, El Siglo de Durango captó ambas problemáticas, en las que queda en evidencia la responsabilidad compartida.
ARMANDO ACEVEDO / El Siglo de Durango
ARMANDO ACEVEDO / El Siglo de Durango
ARMANDO ACEVEDO / El Siglo de Durango
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