El papa Benedicto XVI celebró el fin de 2011 con oraciones de agradecimiento y dijo que la humanidad aguarda el Año Nuevo con aprensión pero también con esperanza de un futuro mejor.
"Otro año llega a su fin, en tanto esperamos al Año Nuevo, con el azoramiento, los deseos y las esperanzas de siempre", dijo el Papa en la homilía de la tradicional misa de Nochevieja, que pronunció la noche del sábado desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
"Con el espíritu lleno de agradecimiento, nos preparamos para cruzar el umbral de 2012, recordando que el Señor nos observa y cuida de nosotros. A él queremos encomendarle esta noche el mundo entero. Ponemos en sus manos las tragedias de este, nuestro mundo, y también le brindamos las esperanzas de un futuro mejor", dijo. Benedicto XVI, que vestía una túnica dorada, llegó a la ceremonia solemne sobre una plataforma rodante que varios empleados condujeron a lo largo del pasillo central de la basílica.
El pontífice, de 84 años, comenzó este año a utilizar el mecanismo para reducir su fatiga. Benedicto XVI descendió sin problemas los dos peldaños de la plataforma y se hincó, al parecer sin dificultad, al pie de la zona del altar, mientras se escuchaban los himnos a cargo de un coro de hombres y niños.