Para que se te quite lo salado

La sal es el condimento más utilizado en nuestras comidas, y gracias a su contenido de cal y sodio, es fundamental para la digestión y el equilibrio de los ácidos del cuerpo.

Sin embargo, el condimentar excesivamente nuestros alimentos es el factor de riesgo para sufrir hipertensión arterial, y en consecuencia, sufrir un ataque al corazón, insuficiencia renal o un derrame cerebral).

El consumo desmedido de sal también causa retención de líquidos en el cuerpo provocando que nuestro peso aumente.

Pero además, eleva el riesgo de padecer de asma, cálculos renales, osteoporosis y cáncer al estómago.

La organización mundial de la salud recomienda que los adultos consuman al día 6 gramos de sal, equivalente a una cucharita de café, mientras que los niños no deben consumir más de 4 gramos al día.

Después de saber todo esto, seguramente surge la pregunta ¿Y cómo limito mi consumo de sal?, por eso el Instituto del corazón del Texas nos da las siguientes recomendaciones:

1. Trate de usar condimentos que no contengan sal y sustitúyala por hierbas, especias y otros condimentos.

2. Prepare las comidas con la mitad de la cantidad recomendada de sal. Otra buena medida es preparar las recetas sin sal y dejar que cada persona agregue la cantidad que desea.

3. Cuando coma en un restaurante, pida que su comida sea preparada con menos sal.

4. Las etiquetas de los productos a menudo señalan el contenido de sal en gramos, y aunque el sodio se utiliza como sinónimo no es sal. Para conocer la cantidad exacta de sal, hay que multiplicar por 2.3 los gramos señalados en sodio.

5. Lea las etiquetas con cuidado porque a veces encontrará sal en lugares inesperados. (Por ejemplo, los jugos de tomate y verdura a menudo contienen mucha sal.)

6. Enjuague los alimentos enlatados, como el atún, para retirar parte de la sal.

7. Limite su consumo de papas fritas y otras comidas saladas.

8. Pruebe los productos reducidos en sodio y sin sal.

9. Los sustitutos de sal son una muy buena opción ya que algunos tienen el efecto de reducir la presión arterial a la vez que aportan nutrientes importantes.

Y para los que piensen que no pueden dejar la sal, deben saber que este gusto es adquirido y por lo tanto es posible cambiarlo. A medida que se ingiere menos sal, su preferencia también disminuye, así que que esperas. ¡Ya no seas salado!

Fuente: El Instituto del Corazón del Texas. Eroski consumer.