La necesidad de incluir la participación del PRD en el llamado Pacto por México, obligó al nuevo gobierno a meter la reversa en la anunciada apertura al capital privado nacional o extranjero en Petróleos Mexicanos, por más que ésta se realizará al menudeo, es decir vía la colocación de acciones en los mercados.
En el papel la posibilidad no reclamaría una reforma constitucional, es decir la modificación de los Artículo 27 y 28 de la Constitución… por más que el nuevo escenario le abriría la puerta a los particulares en refinación, petroquímica básica y transporte de hidrocarburos.
Se diría que el régimen entrante recoge las iniciativas que se quedaron en la congeladora durante los dos últimos gobiernos priístas y los dos panistas, en un collage bajo el marco de aquellos pactos a que convocara el gobierno de Miguel De la Madrid.
La diferencia es que entonces se convocaba a los sectores y hoy a los partidos políticos.
De acuerdo al documento firmado el domingo en el Castillo de Chapultepec, "se ampliará la capacidad de ejecución de la industria de exploración y producción de hidrocarburos", lo que le abre la posibilidad a una mayor laxitud en la firma de contratos con empresas multinacionales con mayor tecnología que la paraestatal, sobre todo en la posibilidad de explorar y explotar petróleo en aguas profundas, aun cuando se anota en el texto que "los hidrocarburos seguirán siendo propiedad de la Nación".
De acuerdo al esquema, "se mantendrá en manos de la Nación, a través del Estado, la propiedad y el control de los hidrocarburos y la propiedad de Pemex como empresa pública", lo que en el papel, sin embargo, le cierra la posibilidad a los contratos de riesgo en que se comparten las ganancias con la empresa contratada.
Ahora que, desde otro ángulo, se habla de que la paraestatal "tendría la capacidad de competir en la industria hasta convertirse en una empresa de clase mundial, para lo cual se le dotarían de las reglas de gobierno corporativo y de transparencia que se exigirían a una empresa productiva de su importancia".
Traducida al terreno práctico, la posibilidad habla de quitarle la camisa de fuerza a la empresa pública que le impide tomar decisiones de coyuntura, reforzándose la responsabilidad en un consejo de administración con mayor participación de la sociedad.
Sin embargo, faltaría diseñar una estrategia frente al enorme poderío del sindicato, que le permite mantener cuatro integrantes en el propio consejo de administración; que le permite mantener inamovibles a unos tres mil trabajadores-marinos que permanecen ociosos; que le permite participar en las designaciones de los ejecutivos…
Y aunque la reforma que permitiría el nuevo escenario llegaría al Congreso hasta el 2014, la gran pregunta es cómo garantizaría el gobierno que la presencia de Pemex en las bolsas nacionales e internacionales tenga atractivo para el gran público… aparentemente sin derechos corporativos. Hasta hoy la empresa pública resiente una y otra pérdidas frente a un escenario que le obliga a entregar la mayor parte de su facturación al fisco.
Como recordará usted, la alternativa de los "Bonos Pemex" que le abrirían la puerta a cualquier inversionista, colocándole un candado a la acumulación en las sociedades de inversión de las administradoras de fondos para el retiro, naufragó estrepitosamente.
Por lo pronto, está la duda de si el nuevo director general de la paraestatal, Emilio Lozoya Austin, podrá con el paquete. Experto en cuestiones de competitividad, el funcionario, al que se le auguraba la Secretaría de Relaciones Exteriores, ha estado los últimos años fuera del país.
¿Podrá con la mafia de contratistas y funcionarios cobijados en la magia de la corrupción? ¿Podrá contra los intereses creados de un sindicato protegido por priístas y panistas en el pasado? ¿Podrá contra la presión de los compromisos heredados de la anterior administración?
Estamos hablando, para no ir lejos, del caso de Mexicana de Lubricantes, con cuyo principal accionista privado la paraestatal celebró un convenio de "borrón y cuenta nueva" que resultó ruinoso para su causa, frente al saqueo que se realizó a la productora de aceites y lubricantes automotrices.
Por lo pronto, su prueba de fuego será resolver el caso "Ramones", es decir el gasoducto cuya adjudicación del contrato para su construcción la pararon los consejeros independientes frente al asfixiante olor a corrupción que despedía.
¿El nuevo Pemex?
BALANCE GENERAL
Al anuncio de su venta al Fondo Ventura Capital Privado, las acciones de la firma de telecomunicaciones Maxcom se desplumaban 17 por ciento, cotizándose en 2.99 pesos.
La razón es simple: la compradora está pagando los papeles en 2.90 pesos.
Sin embargo, el plus de la operación es que la firma capitalizará a Maxcom con 22 millones de dólares.
La operación está sujeta a la autorización por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Comisión Federal de Competencia. En Ventura participan el vicepresidente de Banorte y exdirector general de Ixe, Enrique Castillo Sánchez Mejorada, y Javier Molinar Horcasitas, hermano de Juan, quien fue secretario de Comunicaciones y Transportes.
JAQUE A REFRESQUERAS
Colocada en la mesa la propuesta de aplicar un gravamen extraordinario a la venta de refrescos a título de Impuesto Especial para Producción y Servicios (IEPS) de 20 por ciento, por organizaciones de defensa de los consumidores como El Poder del Consumidor, del dicho al hecho la estafeta la tomará el senador Mario Delgado.
Se calcula que la iniciativa correspondiente se planteará la próxima semana.
La exposición de motivos habla de que las bebidas carbonatadas son la principal causa de enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes e hipertensión.
Los recursos se emplearían en su mayor parte a dotar a toda la población de agua potable, a la que 10 millones de mexicanos no tienen acceso.
El cálculo habla de un consumo anual de refrescos por habitante de 163 litros, que con el gravamen se reduciría a 120.8.
NO HAY CELOS
De acuerdo al banco BBVA/Bancomer, la propuesta de Banorte para adquirir su administradora de fondos para el retiro fue recibida con beneplácito por los directivos, es decir no hay celos.
La justificación de la intermediaria es que la venta se dio ante la falta de sinergias para combinar los negocios, entre otros casos por la confidencialidad para utilizar la información de los clientes en pos de retiro.
Ahora que Banorte ofreció un precio de 14.5 veces el valor en libros de la empresa financiera… lo que parecía inalcanzable por postor alguno.
Albertobarrancochavarria0@gmail.com
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