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Peña Nieto y la violencia

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

Una buena parte de los mexicanos nos preguntamos si el próximo gobierno de Enrique Peña Nieto podrá resolver el grave problema de inseguridad en el país.

Desde hace casi veinte años la violencia con sus graves efectos ha mantenido en jaque a México y bajo fuertes estados de angustia a la población.

Arrancó con el levantamiento de los zapatistas en Chiapas, luego siguieron los asesinatos políticos y de ahí en adelante no existe mes e incluso semana que no se registra un crimen de alto impacto en alguna entidad del país.

Fue en este sexenio de Felipe Calderón cuando la violencia y el número de víctimas arreciaron ante la estrategia de enfrentar con todo el poder del estado al crimen organizado.

Las matanzas, ejecuciones y desapariciones han proliferado de manera aterradora, vemos cada vez mayor crueldad en la acción de los criminales y menos capacidad de las autoridades para aplicar la ley.

Pero el cáncer del narcotráfico ya estaba anidado y era cuestión de tiempo para que sus efectos violentos se destaparan como ocurrió en su momento en países como Colombia, Brasil y Perú.

Calderón logró apaciguar a las mafias en algunos estados de la República, pero en otros se reprodujeron como maleza silvestre y hoy en día son tantos los grupos delictivos que ya no se sabe quién controla regiones tan complicadas como Michoacán, Tamaulipas, Coahuila, Sinaloa y Nuevo León.

La crítica más fuerte contra el actual régimen se basa en los 60 mil muertos por la lucha contra el narcotráfico, aunque habría que agregar a ellos el número de heridos, el sufrimiento de miles de familias y los daños económicos devastadores en algunos estados por los secuestros, el cierre de negocios y la fuga de inversionistas.

En menos de dos meses llegará al poder Peña Nieto con un nuevo equipo de funcionarios y seguramente con una estrategia distinta a la del actual régimen.

Peña Nieto y sus colaboradores cercanos han dicho que mantendrán al menos durante los primeros meses a los militares en las calles, pero no han sido muy específicos en cuanto al plan estratégico que habrán de seguir a lo largo de los siguientes seis años.

Es un hecho que Peña Nieto tiene entre sus asesores cercanos al general colombiano Óscar Navarro, quien fue director de la policía nacional de su país y se le reconoce por su actuación para derrocar al imperio delictivo del capo Pablo Escobar.

Sin embargo, Navarro por su calidad de extranjero no puede asumir cargo oficial en México y tampoco le será posible entrar al consejo nacional de seguridad en donde participan los secretarios de Defensa, Marina, Gobernación, etc.

Cabe señalar que el gobierno entrante no podrá deslindarse fácilmente de los acuerdos y programas internacionales que llevan años en operación, especialmente con Estados Unidos y los países latinoamericanos. Tampoco podrá echar por la borda las estrategias diseñadas en estos años por el Ejército y la Marina.

En el pasado los gobiernos priistas -hasta antes del sexenio de Carlos Salinas-fueron efectivos en el control las actividades de los narcotraficantes. Se menciona que parte del éxito radicaba en dejarlos actuar con la condición de no meterse en las ciudades ni armar escándalos mayúsculos.

Resultaría imposible aplicar de nuevo esta estrategia si asumimos que son tantos los carteles y sus ramificaciones que resultaría un desastre negociar con ellos acuerdos de no violencia.

Lo cierto entonces es que Peña Nieto estará obligado a actualizar una estrategia que sin salirse diametralmente de la actual logre poner mayor control sobre las células del crimen organizado y al mismo tiempo evite las muertes de más y más mexicanos.

El paquete está duro y cuesta arriba. No hay que olvidar que una de las críticas más fuertes del priismo contra Calderón fue precisamente su incapacidad para frenar la violencia y el alto número de homicidios perpetrados a lo largo de estos seis años.

Esperamos pronto conocer los detalles del plan contra la violencia de Peña Nieto para evaluar sus alcances y su posible éxito. Será sin duda el reto principal en el arranque del nuevo gobierno.

Envía tus comentarios a jhealy1957@gmail.com

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