Tal vez sean escuchados gritos aislados en su asunción a la Presidencia, pero fuera de eso, Enrique Peña Nieto recibirá la banda presidencial y protestará sin contratiempos. Pero Felipe Calderón “tendrá que salir como entró, por la puerta de atrás, de la ignominia de San Lázaro”, según el senador de izquierda, Alejandro Encinas.
Junto a las bancadas del PRI, Peña tiene de su lado a la mayoría de diputados y senadores del PAN, así como a gobernadores de izquierda que sin condiciones asistirán al relevo del poder.
En su estilo amenazante, mediante el cual no inquieta ni a una lagartija apedreada, el líder perredista Jesús Zambrano anunció que mañana será definida la postura de su partido para el acto de protesta de Peña Nieto. ¿A quién espantaría la gente del Sol Azteca, si Zambrano se tira de nuevo a los pies de López Obrador y hasta Martí Batres lo abandona?
Los Chuchos convirtieron al PRD en una corriente débil, de figuras corruptas. En la crucial votación de la Reforma Laboral, más de 50 diputados amarillos abandonaron la Cámara de San Lázaro y otros tantos de izquierda se quedaron colgados. Esto los dividió.
Peor papelón hizo Zambrano al pactar con el líder vapuleado del PAN, Gustavo Madero, un frente para combatir el autoritarismo en todo el próximo sexenio y sólo les duró el gusto una semana.
DURANTE EL CAMBIO DE PODERES, la lluvia de improperios y reclamos será contra Felipe Calderón. Escuchará frases inolvidables, peores a las que le dirigieron cuando apareció entre las cortinas traseras de San Lázaro y rindió protesta a hurtadillas, lo cual hizo con apoyo del PRI.
Calderón dejará tras de sí una larga cauda púrpura de horror, así niegue que, en conciencia, no es culpable de los 70 mil o más ejecutados de su sexenio. ¿Será capaz de decirlo a los ojos de madres y esposas que buscan a sus seres queridos y aún sueñan encontrarlos con vida?
El pueblo no se equivoca. En un sondeo periodístico, la Marina tiene mejor calificación que el Ejército y la Secretaría de Seguridad Pública, bajo el mando de Genaro García Luna, figura en último lugar. Por eso Peña Nieto desaparece a la SSPF, orgullo de Calderón y de la cual dejó de hablar. ¿Dónde queda la transición aterciopelada?
Calderón no perdió oportunidad de hacer un último viaje internacional, como mandatario. Fue a la XXII Cumbre Interamericana, la de Cádiz, donde recurrió a la frase desgastada de “no bajar la guardia” ante el narcotráfico. Y prometió apoyo del pueblo deMéxico a la crisis de España, olvidándose que en 11 días será un ciudadano más.
Calderón se tomó la foto tras el Rey mata-elefantes, Juan Carlos, y acudió a una carrera de Fórmula Uno a apoyar a Sergio “Checo” Pérez. Para nada le inquieta el ínfimo crecimiento de México de 1.3% del mes pasado y de 3.3% en el tercer trimestre. ¿Y el avance de 5% proclamado por el esbelto beisbolista del Banco deMéxico? Oh, sí, la economía de Estados Unidos tiene la culpa.
Al respecto, el Banco Mundial informa que México fue el único país en Latinoamérica que contrajo su Producto Interno Bruto por persona. Y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) destaca: del año 2006 a 2012, el número de pobres pasó, de 44.7 millones a 52 millones. Es decir, en el actual período la pobreza atrapó a otros 7.3 millones de mexicanos.
Así, Felipe Calderón engañó a quienes pidió que votaran por él porque sería el “presidente del empleo” y resultó presidente de vendedores ambulantes y miles y miles de ejecutados.
En virtud de lo anterior propone Encinas que después de entregar el poder al priista Peña Nieto —había jurado no hacerlo a Calderón— salga de la Cámara de Diputados por la puerta trasera, por donde entró.
(www.felixfuentes.com.mx)