Persigue sus sueños
El perseguir su sueño con la mente puesta en la meta y el no desistir ni un momento hasta alcanzar cada uno de sus objetivos, ha sido clave para que Oribe Peralta haya logrado llegar al máximo circuito del futbol mexicano y esté en el proceso de maduración que llegado el momento le pueda permitir ubicarse como uno de los estelares del balompié nacional.
Originario del ejido La Partida, municipio de Torreón, Oribe recuerda su niñez en los campos de tierra, donde acompañaba a su padre, don Miguel Peralta, para verlo en sus partidos de futbol.
Ahí nació su amor y vocación por el balompié, con la ilusión de algún día ser como su progenitor, aunque después sus sueños se ampliaron y anhelaba llegar a ser parte de un equipo de la Primera División Profesional.
Parte de su adolescencia jugó con el equipo Los Vagos, escuadra del ejido La Partida, integrado por jovencitos inquietos que se juntaban en el lugar y se hacían llamar Los Vagos 15, quienes en esa búsqueda de aventura formaron un equipo que militaba en la Liga Ranchera, convirtiéndose así en un equipo de buen nivel en el medio.
"Cuando llegué a la edad de las tentaciones, muchas cosas estaban a mi alcance, pero me di cuenta que también había opciones saludables, que me podían llevar a una vida exitosa; opté por estas últimas y aquí estoy.
"Me entregué a lo que realmente me gustaba y procuré seguir los consejos de mi padre, quien me decía sobre los cuidados que debía tener siempre con mi cuerpo, al evitar las desveladas o el intoxicarlo con alcohol u otras cosas, a fin de rendir al máximo en la cancha. Eso lo entendí perfectamente al llegar los entrenamientos de verdad''.
Para el futbolista, el éxito de un hombre se puede lograr no únicamente en los escenarios deportivos sino en cualquier ámbito de la vida, ya sea como buen estudiante, profesionista, trabajador o siendo una buena cabeza de familia.
Reconoció el delantero santista que los fracasos y tropiezos son parte de la vida misma, al igual que los éxitos, pero hay que estar preparados para afrontarlos.
Consideró que el apoyo familiar en los momentos difíciles, y aún en los exitosos, es determinante para saber levantarse o mantener los pies bien puestos en la tierra. "Los consejos y el abrigo de quienes más nos quieren nos pueden impulsar y mantener bien equilibrados''.
Si se tienen buenos cimientos, es difícil perder piso; debemos ser agradecidos con nuestra familia, con quienes nos dan trabajo, con quienes se acercan a saludarnos, a tomarse una fotografía o solicitarnos un autógrafo; gracias a ellos estamos aquí y debemos ser humildes y compartir con los demás parte de lo que otros nos han dado antes''.
En sus inicios como jugador admiraba a Jared Borgetti, Rodrigo Ruiz y Jorge Campos, elementos a quienes al paso del tiempo tuvo la oportunidad de conocer y establecer amistad, incluso con algunos de ellos jugó, sin duda un gran triunfo para este soñador que nunca perdió de vista sus objetivos.
"Los jóvenes deben evaluar los pros y contras que tienen en la vida; si tienen una ilusión deben buscar la forma de alcanzarla por méritos propios, sin tomar el camino más fácil y sin desistir en ningún momento'', concluyó.