Secos. Vecinos del ejido Los Ángeles aún sufren por la falta de agua potable tras haberse secado su pozo.
Mientras la maquinaria que perforaría el nuevo pozo de agua en el ejido Los Ángeles se mantiene detenida, cientos de habitantes sufren por el desabasto.
Aunque Conagua sigue abasteciéndolos con pipas, el contenido de cloro se mantiene alto, motivo por el que las familias prefieren no tomarla ni usarla para bañarse.
Doña Lety es una de las afectadas. Ella como tantas familias de esta comunidad rural han padecido la falta de agua limpia desde hace más de tres meses, luego de que el pozo que los abastecía se secara.
Fue el 23 de julio que una comisión de vecinos se reunió con el titular de Desarrollo Social, Eliseo Medina, para exponer su problema y exigir una solución.
En respuesta, el funcionario se comprometió a que se perforaría un pozo nuevo en una semana, promesa que no se cumplió. En contraste, el alcalde Roberto Carmona, un par de días después de dicho encuentro, desechaba la perforación de un nuevo pozo en esa localidad como una solución, argumentando que no hay agua qué extraer.
El edil explicó que una solución viable y definitiva sería llevar agua desde el sector San Fernando hasta esa y otras 16 comunidades, sin embargo el proyecto aún no cuenta con el visto bueno de la Comisión de Aguas del Estado de Durango, dependencia que debe atender la zona rural de Ciudad Lerdo.
Mientras se define el proyecto hidráulico o las autoridades deciden perforar un nuevo pozo en la comunidad de Los Ángeles, los habitantes como doña Lety seguirán comprando sus galones de agua de 20 litros cada tercer día, gasto que deben hacer para poder tener que beber.