Escultura. Se suma a las más de 30 dañadas.
La glorieta de Juan Pablo II sufrió nuevos daños, los robos y la falta de mantenimiento han convertido a este punto en un escenario de olvido. Desde el año pasado este espacio, a un costado del bosque urbano, comenzó a sufrir algunos daños en las áreas de la vegetación. Con el paso de los días las afectaciones se comenzaron a extender también a las áreas de los mosaicos y a la propia escultura del Papa, efectos que hasta la fecha no han podido ser totalmente restaurados el municipio ni la dirección de Obras Públicas.