PERSONAJES EN LA HISTORIA DE MÉXICO
LOS PRESIDENTES MUNICIPALES DE SALTILLO, COAHUILA
Los datos y textos de este artículo fueron tomados del libro: "Saltillo, Gobierno Municipal, 1900-2005", de la autoría del periodista y escritor coahuilense don Roberto Orozco Melo, relacionados con don Eduardo Dávila Garza, presidente municipal de Saltillo, Coahuila, durante los años de 1961, 1962 y 1963, como sigue:
"Decíamos que las finanzas públicas municipales acotaban a los ayuntamientos en la capacidad de ejercicios: sin dinero nada era posible. No escapó a esas cuotas el presidente municipal electo para el trienio 1961-1963. Sin embargo, al fin médico, el doctor Eduardo Dávila Garza se curaría en salud por medio de algunas medidas de prevención; la primera fue anunciar públicamente, que por lo pronto, trabajaría con un déficit mensual de 171 mil pesos; no obstante ofreció atender los indispensables reclamos de la sociedad en obras y servicios públicos, con el puntual pago a los profesores y una prolija atención a las distintas necesidades de un municipio cada vez más poblado, cada vez más demandante y cada vez más exigente".
"Habría que hacer lo que antes hicieron otros alcaldes: exigir el pago puntual de los impuestos a los causantes morosos. El primer paso sería integrar, una vez más, la junta que calificaba las responsabilidad fiscales de los ciudadanos, compuesta por varios representantes de la Cámara Nacional de Comercio, de la Cámara de la Industria, de la Transformación y de la Unión de Comerciantes en Pequeño quienes revisaban y actualizaban los diferentes impuestos, productos y aprovechamientos, más otros varios giros del área municipal era una verdadera bronca, pues no se partía sobre bases concretas para tan difíciles situaciones, sino todo lo contrario: los cabilderos del sector privado fundaban sus argumentos en hechos abstractos, consideraciones morales y juicios de conducta, con tal de rechazar cualquier incremento fiscal. Así interponían todo género de disculpas, excepciones y pretextos: 'no, señor, señores, en el caso de don fulano hasta un centavo de aumento resultaría criminal; ¿no saben que su señora suegra está a punto de morir?: ¿quieren despachar al otro mundo a tan honrado comerciante?'. Era evidente que así no se alcanzaría acuerdo alguno y los padrones de causantes parecían escritos en bronce duradero. Jamás se movían".
El censo de población rural de Saltillo evidenció que 1420 campesinos de este municipio habían salido a buscar trabajo a los Estados Unidos. Aquí carecían de tierra laborable y agua de riego, además de que las condiciones del mercado para los productos del campo no eran precisamente las mejores. La situación puso en alerta a las autoridades estatales y federales, quienes concluyeron que si los gobiernos no tomaban medidas, pronto estarían desiertas las tierras. La preocupación, sin embargo, no tuvo consecuencias positivas para los campesinos y ahora se observan índices intranquilizantes de abandono, que por fortuna han sido combatidos mediante la instalación de industrias en áreas aledañas a Saltillo".
Don Eduardo Dávila Garza, presidente municipal de Saltillo, Coah., durante el trienio de 1961 a 1963.