Los datos y textos de este artículo fueron tomados del libro: “Saltillo, Gobierno Municipal, 1900-2005”, relacionados con don Eleazar Galindo Vara y Mario Eulalio Gutiérrez Talamás, presidentes municipales de Saltillo, Coahuila, en el trienio de 1888-1890, como sigue:
“Eleazar Galindo Vara, inició sumandato pero no lo concluyó en el Municipio de Saltillo. A seis meses de que terminara su trienio el alcalde Galindo Vara presentó su renuncia al cargo ante el Congreso de Coahuila, y el exalcalde Mario Eulalio Gutiérrez Talamás fue propuesto ante el Congreso del Estado por el gobernador Eliseo Mendoza Berrueto para que lo sustituyera en el semestre de julio a diciembre de 1990”.
“Durante la administración de Galindo Vara la Hacienda Pública tuvo un incremento en los ingresos provenientes de impuestos, derechos, aprovechamientos y recuperaciones, a pesar de que no se incrementaron las tasas impositivas. Dicho aumento fue estimado por el propio alcalde en un 70 por ciento; pero durante este periodo el Ayuntamiento fue gratamente sorprendido al recibir una flamante fuente de ingresos, que se denominó, ya por el Gobierno Federal o por el Estatal, impuestos coordinados”.
“Sin embargo las dificultades económicas se mantuvieron vigentes durante toda la administración; aunque al interior de la presidencia municipal no se registró ningún recorte de personal y fueron cubiertas las obligaciones contraídas con la plantilla de trabajadores, tanto en la dinámica salarial como en las prestaciones sociales y económicas del convenio laboral”.
“En el ramo de salud pública, el Municipio prestó servicios de atención médica a más de 199 mil familias que la recibieron; igual se construyeron nuevos consultorios en sectores de reciente creación y fueron equipados los existentes en las colonias Universidad, Pueblo y Torrecillas.
“En 1988 Saltillo resintió los efectos del huracán Gilberto que afectó a la población urbana y rural, por lo que toda la atención de las dependencias municipales fue dedicada a auxiliar a las familias perjudicadas de diversas maneras por el fenómeno atmosférico”.
“Las calles de Saltillo sufrieron la erosión del agua rodada que circuló a gran velocidad sobre éstas y sus banquetas, al grado de inundar las casas que habían sido construidas en niveles más bajos a los arroyos que atraviesan Saltillo”.
“Concluida la fuerza del embate pluvial y después de varios días, otros más hubo que esperar para que los rayos del sol secaran las superficies enlodadas, mientras los trabajadores municipales quitaban el azolve depositado en los cordones de las banquetas y aún en estas mismas; lo cual, como siempre, obligó a las autoridades municipales a ejercer un gasto extraordinario para dejar a la ciudad enmásomenos buenas condiciones”.
“En el programa Trabajemos juntos, el Municipio, en coordinación con el Estado, otorgó beneficios directos a 145 familias con la dotación de agua potable, drenaje, alcantarillado, salud pública, educación irrigación y electrificación. Y en el apartado Vivamos Mejor, se recibieron más de tres mil solicitudes para créditos de ampliación de viviendas, arreglos y mantenimiento de fachadas, banquetas y bardas”.
“En 1990, la población saltillense aumentó a cien mil habitantes más, pues la cifra arribó a 440, 920 habitantes: De ellos 218 mil 515 hombres y 222, 405 mujeres.
