DATOS DE DOÑA MAGDALENA MONDRAGÓN, GRANDIOSA ESCRITORA NACIDA EN TORREÓN, COAHUILA
Datos tomados de mi libro inédito: Bustos en Bronce en la Calzada de los Escritores en la Alameda Zaragoza de Torreón, como sigue:
"...Entregó su material al señor Mora y fue publicado en primera plana. La reportera pensó que había sido bueno su trabajo y se presentó al día siguiente al periódico, y a su llegada la mandó llamar el director, quien le dijo lo siguiente: "Ha puesto usted en ridículo al periódico. Los oradores a los que usted les inventó tan bellos discursos, no hablaron. Magdalena se quedó de una pieza, pensando en qué pudo ocurrir lo que había sucedido, es que después de un largo discurso de don Lombardo Yoledano, y el fuerte sol en la Plaza de la Constitución, los cuerpos que ya estaban en estado de descomposición, empezaba a expedir tan fuerte hedor que se ordenó su traslado y entierro inmediato, y los discursos se suspendieron.
El señor Mora, indicó a Magdalena que quedaba castigada, sin cobro de sueldo por una semana. Ella le dijo que era muy poco castigo y que le diera un mes. Él se lo concedió.
Va a los Estados Unidos: la reportera pensando en hacer algo para sacarse la espina, pensó en ir a Washington con la idea de hacer una entrevista al presidente Roosvelt, lo que era casi imposible. Sigamos el texto, proporcionado por la propia periodista: "...Allí -en Washington- entrevistó al doctor Francisco Castillo Nájera, Embajador de México en el vecino país, y antiguo amigo del doctor Adolfo Mondragón, padre de Magdalena. Le contó sus cuitas y el doctor Nájera, paternalmente le concedió una entrevista exclusiva y le ofreció una fiestecita en la Embajada. Después de esto se entrevistó con Josph Laitin un periodista judío muy inteligente y capaz al que Magdalena ayudó cuando Laitin llegó a México para hacer varios reportajes. Joseph estaba muy bien conectado con todos los periódicos de Washington y al conocer lo que Magdalena deseaba, le dijo: "Es muy difícil lo que me pide, tengo que anotarte en la Casa Blanca para que te permitan asistir a la conferencia de prensa que concede el presidente Roosvelt cada semana. Hablaré después con los compañeros para ver si acceden a concederte el favor de respetar tus preguntas y no mandarlas por sus respectivas agencias; pero no te aseguro nada...".
"Quién sabe qué les diría Joseph, la cosa es que Magdalena asistió a la conferencia de prensa, y la periodista dice que le impactó profundamente el aspecto de Roosvelt, pálido, paralítico y enfermo; y como aquel hombre se fue transformando mediante la esgrima de preguntas que le hacían los representantes de todos los periódicos y agencias del mundo y las respuestas dadas con toda su maravillosa agilidad, cual gran estadista, y que aparecerían en primera plana al día siguiente, en todos los principales periódicos del mundo... Y me tocó mi turno, dice Magdalena. Hice tres preguntas relacionadas con el petróleo y la expropiación que era el tema que más interesaba a México. "Los periodistas escucharon sus preguntas y no las anotaban. Terminó la conferencia, Roosvelt, sonriente, dijo:
Esa muchachita mexicana, que se acerque. Magdalena dice: entonces estaba yo sumamente joven, llena de vigor y ambición. Me acerqué, dice Magdalena emocionada por el honor que me dispensaba el mandamás del país más poderoso del mundo. Roosvelt preguntó: ¿qué tal nuestro Embajador en México? Entonces era Josephus Daniels. Magdalena respondió: muy bien. El cuatro de julio Señor Presidente. El mandatario sonrió. Sus bellos ojos claros se iluminaron. Su rostro se transformaba cuando sonreía y comentó: "Viva el ingenio mexicano".