El ejército de Líbano llamó a todos los grupos políticos del país a conducirse con cuidado y evitar que se agrave la situación creada por el asesinato del jefe del servicio de Seguridad Interna, Wissam al-Hassan, y siete personas más.
La seguridad de Líbano es una línea roja que no debe de ser violada, señaló la comandancia del ejército libanés en un comunicado difundido este lunes por el ministerio de Información y difundido por la Agencia Nacional de Noticias de Líbano.
Rechazamos cualquier intento para afectar instituciones e instalaciones oficiales y militares, señaló el documento al día siguiente del funeral de al-Hassan, que desató una ola de violencia sobre todo en la parte sur de la capital Beirut.
También rechazó todo intento para sacar partido del asesinato de al-Hassan el pasado viernes, y pidió a todas las partes conservar la estabilidad del país.
Luego del funeral del funcionario de inteligencia de filiación sunita, estallaron enfrentamientos entre chiítas y suníes en Beirut pero también en la norteña ciudad de Trípoli, ubicada a 85 kilómetros de la capital.
En Beirut el distrito de Tariq al-Jadida, de mayoría sunita, fue escenario de choques entre hombres armados y elementos del ejército la noche de domingo a lunes.
Fuentes de la oposición al gobierno del primer ministro Najib Mikati, acusaron al gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad, de haber orquestado el atentado del pasado viernes donde perdió la vida al-Hassan.
La mañana de este lunes el ejército libanés mantenía la búsqueda de hombres armados en varias zonas de las afueras de Beirut, señaló la edición electrónica del libanés The Daily Star.