Breivik es autor confeso de un doble atentado que dejó 77 muertos. EFE
La Fiscalía de Noruega solicitó que el ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso del doble atentado de julio pasado que dejó 77 muertos, sea recluido en un centro psiquiátrico.
El fiscal Svein Holden considera que Breivik no es penalmente responsable del atentado con bomba en el centro de Oslo y la matanza contra un campamento de las juventudes del Partido Laborista en la isla de Utoya, reportó la televisión pública noruega NRK.
“Pedimos que se lo obligue a seguir un tratamiento psiquiátrico” en un centro cerrado, declaró Holden al final de un alegato de casi tres horas.
“En nuestra opinión, es peor enviar a una persona psicótica a detención preventiva que enviar a una persona no psicótica a tratamiento obligado", dijo el fiscal.
Sin embargo, Holden admitió la posibilidad de que el Tribunal de Oslo no tome en consideración la petición de la Fiscalía, por lo que solicitó una pena de 21 años de prisión para el ultraderechista noruego.
Tras conocer la petición de la Fiscalía, Breivik se levantó, se golpeó el pecho con el puño cerrado y tendió el brazo derecho, haciendo el saludo de extrema derecha, el mismo que realizó en los primeros tres días de su juicio, iniciado el pasado 16 de abril.
En ocasiones anteriores, Breivik ha dicho que recurrirá a la apelación si es condenado a recibir tratamiento psiquiátrico, porque él se considera penalmente responsable de la matanza en la isla de Utoya, cometida el 22 de julio de 2011.
El juicio contra el ultraderechista, que se ha prolongado durante 10 semanas, se cerrará este viernes con el turno de la defensa y con una declaración final del acusado, que en principio no será retransmitida por las televisoras.
El proceso contra Breivik, cuya sentencia se conocerá el 20 de julio o 24 de agosto próximos, comenzó el pasado 16 de abril y desde entonces más de 150 testigos han sido llamados a declarar.
Breivik es procesado como único responsable del tiroteo en la isla de Utoya y del atentado con carro bomba en un complejo gubernamental en Oslo, con un saldo de 77 muertos en ambos ataques, considerados los peores en el país desde la Segunda Guerra Mundial.
Breivik ha reconocido haber cometido el doble atentado, pero rechazó ser culpable al argumentar que actuó en defensa propia y que volvería a cometerlos para defender a su país contra el multiculturalismo.
