La Iglesia católica colombiana se sumó hoy a las voces que piden un alto el fuego en la región sureña del Cauca y alertó sobre sanciones internacionales a Colombia, si algo le pasa a la población indígena.
El arzobispo colombiano, Luis Augusto Castro, advirtió a periodistas que el país sudamericano "podría ser penalizado", si se vulneran los derechos de los nativos, en medio de la confrontación armada militar.
Fuerzas antimotines retomaron este miércoles el control de los cerros Las Torres y Berlín, en el departamento sureño del Cauca, un día después que cientos de indígenas sacaron a los militares a golpes de la zona.
Los aborígenes iniciaron la destrucción de las trincheras del Ejército y las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para presionar la salida de los grupos armados de su territorio.
La decisión la tomaron los indígenas "cansados de la guerra" -según dijeron- que se libra en sus resguardos, pese a que se han declarado por años neutrales frente al conflicto armado que padece Colombia.
Según medios locales, las fuerzas antimotines han realizado disparos y arrojado gases lacrimógenos para impedir el avance de los aborígenes, que con sus bastones como única arma, se desplazan hacía el cerro Las Torres.
El arzobispo afirmó que aunque el Ejército "de ninguna manera puede dejar la zona" donde combate a la insurgencia, "si algo le pasa a los indígenas, internacionalmente nuestro país va ser penalizado".