Poco tiempo. Las familias Borja y Canedo han buscado un implante coclear desde hace años, sin embargo, el tiempo se agota.
El pequeño José Ángel se comunica a través de besos y saludos con su familia, a sus cinco años no ha podido pronunciar una sola palabra, pues fue diagnosticado con sordera de nacimiento.
Hoy sólo le quedan unos meses para poder seguir siendo candidato a un trasplante coclear, y de esta forma llevar una vida más o menos regular. Sin embargo, la operación resulta muy costosa para la familia de José Ángel y son muy pocos quienes han ayudado a recaudar el dinero necesario.
“Desde los ocho meses nos dimos cuenta de que no escuchaba nada, fue muy impactante para mi saber que no reaccionaba al sonido de mi voz... estamos desesperadas por el tiempo que le queda antes de que el trasplante deje de ser una opción”, dice preocupada Elizabeth Ruiz, madre del niño.
La condición de este pequeño puede cambiar totalmente, mediante la colocación de este dispositivo llamado “implante coclear” en el interior de su cabeza. Una vez que se instale se deberán tomar terapias y talleres para que el niño pueda integrarse de lleno a la sociedad en el futuro.
Sin embargo, el doctor Marcelino Covarrubias que atiende a José Ángel, ha señalado que no habrá posibilidad de restaurar el sentido del oído del niño si la operación no se hace en los próximos meses.
“La última cotización que hicimos para comprar el aparato fue de 283 mil pesos, ni en sueños podemos llegar a esa cantidad tan grande y en tan poquito tiempo... por eso estamos recurriendo a la gente de La Laguna, hemos ido con los empresarios y con el mismo alcalde y ni siquiera se toman la molestia de recibirnos”, dice María del Carmen Canedo, tía de José Ángel.
El niño por su parte se encuentra tomando terapia en un centro de audición y lenguaje de la región, diariamente se monitorea su estado de salud y en las tardes es atendido de lleno por su tía y su madre, quien además tiene otros dos hijos. La madre, Elizabeth Ruiz, trabaja desde hace más de diez años en una empresa de Torreón, todo el dinero que gana lo destina a una cuenta bancaria que pudo obtener con mucho esfuerzo. De cualquier forma, las familias Borja y Canedo saben que se encuentran muy lejos de lograr su meta y se encuentran dispuestas a luchar por mejorar la calidad de vida de José Ángel.
“Vamos a hacer rifas, colectas en las calles, hamburguesadas, vender muebles, lo que sea para que mi hijo pueda salir adelante y tener una vida normal... sólo le pido a la gente que me ayude aunque sea un poco para salir adelante con mi niño”, dice Elizabeth Ruiz.
Toda la familia del niño se encuentra involucrada en esta misión, aunque parezca complicada se muestran optimistas y no dejan de sonreir. “Sabemos que con el favor de Dios y de la gente se puede hacer el milagro”, dice la madre del niño.