Vegetación. La vegetación pertenece a la región, es a la entrada de la planta en donde se encuentra el jardín que da la bienvenida a la instalación.
Gómez Palacio alberga una de las mejores obras del arquitecto mexicano Ricardo Legorreta Vilchis, fallecido el pasado 30 de diciembre de 2011 y la que a 29 años de su edificación, merece ser reconocida otorgándole un uso compatible a su diseño.
La planta de motores Renault Industrias Mexicanas (Rimex) se creó en 1983 y siete años después fue reconocida con medalla de plata en la Primera Bienal Mexicana de Arquitectura.
Pero el abandono de la firma francesa de sus intenciones para introducir vehículos a los Estados Unidos, dos años después, lo fue también para este inmueble a partir de entonces, sobre todo para uno de los dos ejes principales que lo constituyen y el que se mantuvo abandonado durante los últimos siete años.
Y es que tras el cierre de la Renault, la fabricante de autopartes Linamar compró uno de estos ejes y hasta ahora sus encargados han hecho algunos esfuerzos por mantener el diseño arquitectónico original, mantener los muros y hasta el color de la pintura.
No ocurrió lo mismo en la otra parte, la que desde septiembre pasado es ocupada por el grupo ACV (Arnulfo Cabello Valdez) y donde sí se hicieron algunas alteraciones a la construcción, como el retiro de una fuente en el área de recepción, un galerón sobre lo que era un jardín, entre otros detalles.
Hasta entonces, esta área se mantuvo en el más completo abandono durante seis o siete años, desde el cierre de la empresa LG Philips Displays, que se dedicaba a fabricar cinescopios, pero que quedó en la obsolescencia y tuvo que desaparecer apenas comenzaron a surgir las primeras pantallas planas.
Actualmente, tanto Linamar como el grupo ACV o Equipos Inoxidables del Norte, ocupan instalaciones sobradas en un conjunto de edificios que se integra al desierto con elementos como piedra de río, pequeñas dunas de arena y plantas de la zona, y en cuya área total de 50 mil metros cuadrados, destacan los componentes característicos de la obra de Legorreta: muros anchos, espacios llenos de luz, fuentes y espejos de agua y paredes de vivos colores.
Para el arquitecto Antonio E. Méndez Vigatá, encontrarle un uso compatible a su diseño sería la única forma de rescatar el inmueble y hacer que recupere su función original, que se mantenga vivo y no se convierta en algo obsoleto.
A su consideración, el edificio tiene muchas posibilidades de adaptación, desde las propias oficinas corporativas, hasta una universidad, un centro cultural o un museo.
EL SIGLO DE TORREÓN / Ma. Elena Holguín
Reconocida
Ricardo Legorreta Vilchis construyó la planta Rimex
⇒ En 1990 fue reconocida con medalla de plata.
⇒ Desde hace 15 años, uno de sus ejes es ocupado por la empresa Linamar.
⇒ Durante seis o siete años, el segundo eje se mantuvo abandonado, tras el cierre de la planta LG Philips Displays.