Al emitir tu voto, piénsale
Votar es un deber de conciencia que requiere un buen ejercicio de discernimiento. La decisión es importante para nosotros, nuestros hijos y nuestro país y tendrá repercusiones durante los próximos años. Presidente, diputados y senadores...
...que llevarán el rumbo del país serán elegidos por nosotros y habrá que pensarle muy bien para que nuestra decisión sea razonada y libre. Todo mundo nos quiere manipular de diversas formas y con diversos argumentos. Nuestra libertad para votar se ve comprometida por informaciones erróneas publicidad engañosa, promesas falsas, amenazas y dádivas. Además no será raro ver verdaderos delitos electorales como la compra de votos, el carrusel y demás movidas chuecas que se implementan para ganar votos. Pero nuestro voto vale más de 500 o incluso 5,000 pesos. Es cierto que no es fácil resistir esos "cañonazos", pero seguramente se pagaría más caro que un préstamo con el usurero. No regalan dinero, invierten para sacar mucho más ¿acaso no deben más de 13 mil pesos por cabeza nuestros vecinos de Coahuila a causa de la megadeuda? Es por eso que el voto "libre" puede no serlo tanto si no tenemos cuidado de defenderlo.
Participar "responsablemente" para renovar a México en el proceso electoral del primero de julio del 2012 requiere mantener limpia la conciencia de faltas graves como el abstencionismo o participar en trampas electorales. El abstencionismo es dejar a otros que decidan, es renunciar al gran don de la libertad que es lo que distingue a la persona como tal. No tengas miedo. En la casilla estamos solos ante Dios y nuestra conciencia. La participación responsable de la juventud es necesaria en este país de jóvenes, aunque no importa la edad pues cada voto cuenta, sea de quien sea. Tampoco hay que creer en las encuestas. Aun suponiendo que sean reales, la verdadera encuesta es la votación este primero de julio.
¿Qué debo tomar en cuenta? ¿Por quién debo votar? Las opciones pueden variar en concreto, pero no hay duda que los candidatos y partido que se elijan deberán ser la mejor opción (según cada quien y después de una seria reflexión), de trabajo por la paz y seguridad; de educación, de orden jurídico, de reformas estructurales, de protección del medio ambiente, de renovación moral de la sociedad y de libertad religiosa (no sólo de culto). Debemos discernir también cual opción de partido y candidato respeta la dignidad de la persona, y cual tiene respeto por la vida de los demás desde el nacimiento hasta la muerte natural, finalmente, cuál podrá defender mejor la familia como fundamento de la sociedad.
El espectáculo electoral que hemos "padecido" con sus "spots", debates, ataques, descalificaciones y promesas son sólo una pequeña parte a considerar para nuestra elección. Nuestra democracia, como en todos lados, es deficiente pero funciona por lo que hay que hacer lo que se pueda y fijarnos en no votar por quien sea sino por la mejor opción (o menos peor). Consideremos no sólo el candidato sino también el partido y los grupos de poder que lo apoya (cada candidato tiene su partido y sus padrinos, que ya conocemos, que le pedirán cuentas una vez que gane la elección). Nuestra opción por un candidato incluye también el partido y su grupo.
Lo que dijeron en la campaña poco importa, sino más bien su trayectoria preparación y experiencia de cada uno. Lo que ha hecho o ha dejado de hacer. Por lo que han trabajado anteriormente. También tiene que ver su vida privada pues si queremos emplear a una persona para un puesto, este aspecto también es considerado, por lo que no tiene qué ser diferente en la elección de nuestros candidatos.
Los medios de comunicación no cometen una injusticia si tienen su propio candidato. Toca a nosotros ver con ojo crítico estos medios para no creer todo lo que nos dicen sino cuestionarlo y saberlos leer, incluidas las encuestas pues coinciden con su perfil y preferencias y pueden interpretarse, sin ser falsas, de diversa manera. No votes por el que va ganando o perdiendo. Eso no es un criterio inteligente y libre de elección. Las fuentes oficiales puede ser información confiable.
La verdadera democracia se preocupa en primer lugar de subdividir de manera racional el poder, de permitir a todos participar en la mayor medida posible en las decisiones políticas, de establecer que cada partido y gobierno se sometan cada cierto tiempo al juicio de los electores, dispuestos a dimitir siempre que la mayoría de los votos populares lo exija. La tolerancia política encuentra un límite sólo frente a los grupos que apuntan a la conquista del poder absoluto para reducir a la impotencia a la mayoría de la población, o que incitan públicamente al crimen.
La verdadera formación política es impensable sin una formación de la conciencia. Debemos saber qué valores están en juego en las decisiones políticas y cuál es el orden justo de los valores. Una conciencia madura políticamente se orienta teniendo presente una visión clara de la tarea de la política, de las exigencias del bien común; y permanece vigilante frente a los peligros del egoísmo de los individuos y de los grupos. No se cansa jamás de tender a un ordenamiento político ideal, sin olvidar, por otra parte, que la política es el arte de lo posible. No podemos ser egoístas o actuar por intereses mezquinos o particulares, sino pensando en el bien común. Al emitir el voto Piénsale, piénsale muy bien.
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