Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

PIÉNSALE, PIÉNSALE

“Qué huevos…”

ARTURO MACíAS PEDROZA

…tan caros, ¿verdad? Y junto con ellos hay más productos y servicios que han subido de precio precisamente en los momentos en que los gastos del ingreso a clases se dejan sentir. No podemos estar muy contentos después de haber visto despilfarrar tanto dinero delante de nosotros en las campañas políticas que recién terminamos. Otro motivo de descontento son los escandalosos sueldos de funcionarios...

... y legisladores además de la ineficiencia en obras que duran años y años sin terminarse y que se anuncian una y otra vez como "ya merito". No nos tiene tampoco risa y risa ver la ineficiencia en inseguridad y en servicios públicos. Estamos en vísperas del segundo informe de gobierno de las administraciones municipales de Gómez Palacio y Lerdo (el viernes) y será muy interesante ver hasta dónde nuestros impuestos están verdaderamente trabajando.

La crisis mundial ha tenido también sus repercusiones en nuestro país, a pesar de las finanzas responsables de la macroeconomía nacional. Nuevamente tenemos al hombre más rico del mundo en nuestro desigual país. La autosuficiencia alimentaria depende de sabias políticas gubernamentales que no se han implementado y están llevando al fracaso a la economía nacional. Las reformas del campo se han contaminado de intereses políticos, corruptelas y discontinuidad llevando al fracaso los programas y a importar lo que originalmente producíamos y hasta exportábamos.

A nivel de individuos también hemos perdido la independencia alimentaria. Hemos dejado de producir para el autoconsumo. Ya no tenemos ni la huerta, ni las gallinitas. Ya no sabemos cocer frijoles, compramos comidas preparadas en vez de prepararlas. No conocemos lo que es la buena alimentación dejando tradiciones y costumbres muy sabias y económicas por nuevos hábitos nocivos para la salud y para el bolsillo. Necesitamos revertir esta situación retomando la producción de lo que consumimos, tal vez sin volver directamente al pasado. Existen nuevas técnicas para producir alimentos que pueden ser implementadas con promoción, formación y capacitación. Mucho están haciendo en este aspecto las ONGs y algunas otras instituciones pero el esfuerzo puede ser apoyado por programas gubernamentales en este sentido.

Un aspecto que es fundamental es la desigualdad. América Latina es considerada la región más desigual del planeta que sin duda recoge la herencia colonial, pero que los siglos de vida independiente y modernización económica y social no han superado. Esta desigualdad está en la base de las profundas brechas sociales que definen su imagen y acosan su evolución política. En el caso mexicano se revela la fragilidad y vulnerabilidad de la organización económica resultante de los cambios estructurales globalizadores de finales del siglo XX. Así como la precariedad de los regímenes laborales y de bienestar existentes. Esta deficiencia se agrava por la trayectoria de lento crecimiento seguida por la economía por más de 20 años, lo que ha dado lugar a un divorcio entre la población -dominada por jóvenes y jóvenes adultos en edad de trabajar y hacer estudios superiores- y una economía que no genera los empleos ni los excedentes para crear los espacios educativos necesarios para absorber productivamente la población.

El barón de Humboldt describió a la Nueva España como la tierra de la desigualdad, los grupos gobernantes parecen haberse empeñado en rendir puntual homenaje a tal calificación. ¿Creyeron que era un mandato o una profecía que había que cumplir fatalmente? La desigualdad se ha mantenido a pesar de los muchos giros de la evolución económica, social y política del país. En los momentos cruciales de la Revolución Mexicana, la lucha contra la desigualdad estuvo presente como bandera de la reconstrucción del país y del Estado nacional. Sin embargo, hoy como ayer, sectores poderosos de la sociedad se han empeñado en desconocerla como núcleo de la cuestión social, desinteresándose de formular políticas destinadas a disolver los fundamentos que están en el origen de las desigualdades, refugiados en el privilegio de mandar, en la riqueza concentrada y en una estructura productiva muy heterogénea.

No sé que estarán pensando cuando hablan de transformación del Estado, pero sin duda debería ocuparse de profundos cambios que sean la base jurídica y política para un nuevo curso de desarrollo que supere la falta de seguridad, falta de garantías de los derechos fundamentales y las distancias sociales resumidas en la pobreza masiva.

¿Algunos datos para pensar? El Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), estima que en el 2010 el 46.2 por ciento de la población vivía en condiciones de pobreza "multidimensional" el 20% de los más pobres recibieron el 5% del ingreso total. El 80% de la población captaban el 50% y sólo el 20% de la población el otro 50% de la riqueza. Es decir, en un pastel para 10, dos comen la mitad del pastel y los otros 8 la otra mitad. En el 2008 el Banco Mundial reporta que en esa fiesta de 10 personas, el más pobre se come UNA CENTÉSIMA PARTE y sólo uno (el 10% de la población) se come lo de 4 personas.

No obstante que la cuestión social es cada vez mejor conocida, no se le da el interés debido, a pesar de que la desigualdad y la pobreza masiva están en el origen de la crisis de seguridad, criminalidad e incertidumbre que amenazan con ahogar al país. La insensibilidad política sobre esta cuestión es manifiesta en la cuestión fiscal que recauda poco, ineficientemente e injustamente y el gasto público se ejerce mal y opacamente. El Estado necesita un diálogo productivo entre economía, política y sociedad, entre acumulación y distribución, en el contexto de un desorden mundial de la economía que también necesita una reorientación…

Pero si a nivel mundial la cosa está grave y a nivel nacional también, es tiempo que al menos personalmente tomemos opciones productivas de autoconsumo y producción (huerta, maceta, gallinita), ordenar nuestra economía personal, de gastos inteligentes, evitar gastos superfluos y compras a largo plazo. La economía solidaria es una buena opción (cooperativas de consumo, de ahorro, de producción…). Pero no hay que dejar de exigir una reforma social del Estado entendida como pivote de una nueva ronda reformadora de lo fiscal, del presupuesto y de asignación de recursos. Al poner en el centro lo social se reivindica el papel estratégico del mercado interno, del empleo y de la diversificación productiva.

México requiere planes a largo plazo para recuperar el crecimiento económico y hacerlo sostenido. A la vez, debe aplicar acciones inmediatas, que promuevan la renovación de la productividad y la creación de empleos. Centrarse en la igualdad para alcanzar un desarrollo robusto y la superación progresiva y sistemática de la pobreza. Reconozcamos los esfuerzos que se hagan a favor de la justicia, moderación y búsqueda de estructuras económicas más sanas. Rechacemos cualquier forma de criminalidad económica, deshonestidad, desenfreno, ambición, corrupción y complicidad. Hagamos todo lo que esté de nuestra parte para sanear la economía.

piensalepiensale@hotmail.com

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