Presento a su consideración un pequeño libro (93 páginas) que acaba de salir a la luz. Su autor es el doctor Rodolfo Campuzano Suárez del Real, maestro fundador de la escuela de medicina de la Universidad Juárez del Estado de Durango en Gómez Palacio, egresado de la UNAM, especialista en pediatría y ya jubilado de muchos años de maestro en dicha escuela.
Es pues, uno de los nuestros (se puede adquirir en la misma escuela de medicina o en Cáritas de Gómez Palacio. Costo 30.00 pesos)
El libro es sencillo y accesible a todos, pero yo lo recomiendo especialmente a jóvenes estudiantes de preparatoria o profesional, que se encuentran en la encrucijada de resolver las grandes preguntas que todo hombre y toda la humanidad se ha hecho: ¿quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Es pues, un verdadero tratado de antropología, pero no es rebuscado ni extenso, sino claro, corto, con lenguaje llano y accesible, pero lleno de sabiduría, (como sólo los que ya han hecho todo un compendio en su vida lo pueden hacer). La génesis del libro es la convicción de que para ser un buen profesionista, primero se debe ser un buen ser humano. La vida es esa búsqueda de crecer en ser humano.
Esta es la gran tarea que cada época de la historia y cada individuo debe resolver. La época actual no es la excepción. La crisis de identidad que este cambio de época está sufriendo es también una verdadera crisis antropológica y de sentido. Lo percibimos a nivel mundial, local y personal. Es comprensible que teniendo esta nueva etapa de la humanidad, que consiste no sólo en una época de cambios, sino en un verdadero cambio de época (fenómeno que se da en la humanidad cada dos o tres siglos), las estructuras que formaban la cultura de la época anterior estén derrumbándose, deshaciéndose, derritiéndose. Se cayeron las grandes ideas, criterios, formas, estructuras y sistemas que hacía caminar la época anterior. Es por eso, que actualmente las reformas estructurales son una prioridad. Sistemas educativos, religiosos, económicos, jurídicos están cayendo y necesitan mucho más que modificaciones superficiales. Por eso se habla tanto hoy de las reformas del estado, de la economía, de las relaciones laborales, de la Iglesia, de la educación…
Pero, esta crisis cultural y de estructuras trae también a nivel personal la necesidad de repensar las cuestiones básicas de nuestra existencia. Esas preguntas de ser, de origen y de destino deben ser resueltas, pero resueltas bien, pues siempre hay el riesgo de equivocarse. No falta quien se beneficie y por consiguiente promueva, la idea de que la persona humana es un simple objeto para consumir, comprar, producir; Alguno otro podría pensar que la vida sólo tiene sentido en el placer superficial, pasajero e intenso. Algunos más están en la creencia que la vida es sólo válida de los 18 a los 40 y después o antes no tiene razón ni sentido. Estos y otros errores antropológicos que gozan de mucha popularidad y están de moda traen consecuencias nefastas para la persona misma que, al no entenderse correctamente quién es y a qué está destinada a ser, sufre las consecuencias de haber errado el sentido y de fallar en su objetivo de vida.
Es ahí, donde el libro "la responsabilidad de ser humano", puede ser un instrumento para ayudar a poner los fundamentos básicos de nuestro ser de persona. Para humanizar la educación y la cultura actual no basta la técnica. Si la persona resuelve la gran cuestión de quién es y cuál es el proyecto de persona, que es llamado a convertirse, entonces las consecuencias de estas respuestas repercutirán en la vida y en la manera de vivir los valores económicos, políticos, sociales y religiosos. El libro habla con fundamento respondiendo a la pregunta de lo que significa ser humano y explica los valores que lo distinguen como tal: la capacidad de pensar, de elegir, de vivir los valores, de actuar con voluntad, de sentir y percibir interiormente, de vivir en interdependencia con otros seres, de vivir humanamente la sexualidad y de relacionarse con la trascendencia.
El autor pone al final de cada capitulo algunas preguntas que hacen reflexionar. No es sólo cuestión de método o didáctica. La cuestión de sentido es algo que se debe resolver personalmente y el autor lo sabe, por lo que no se contenta con exponer verdades, sino que busca que cada quien resuelva esa cuestión que es fundamental. Mas que enseñar, el libro es una guía para ir descubriendo cada uno la maravilla de lo que somos y de lo que estamos llamados a convertirnos.