¡Viva la familia!
Este día se recuerda la fiesta de la Sagrada Familia. Las fiestas de Navidad nos hacen descubrir la importancia de la familia. Las reuniones familiares, las añoranzas, los reencuentros… La familia sigue siendo la base de la sociedad...
... aunque algunas ideologías lo quieran negar. La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura. Muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores que constituyen el fundamento de la institución familiar (familiaris consortio n. 1). Es necesario descubrir las presiones de la cultura contemporánea que busca minar la base de la familia.
Desde los 60s empezó su transformación con tres grandes rupturas: se separó el sexo del matrimonio, de la procreación y del amor. Esto significa que la sexualidad ha pasado a ser hoy un juego que permite experimentar la satisfacción de un deseo, pero que no está necesariamente unido ni al matrimonio, a la procreación de los hijos y ni al amor y por tanto puede practicarse al margen de éste.
Mas recientemente, es la filosofía de género la que busca la eliminación de la familia. Se habla de "cinco géneros" o "cinco sexos". Otros no hablan de ninguno, ya que se trata de llegar a una situación sin "sexos fijos", donde cada uno pueda elegir a su gusto, por el tiempo que quiera el "rol" que más le guste. Defienden que cualquier tipo de unión y cualquier actividad sexual son justificables. Proponen que la heterosexualidad sea sólo un caso más de práctica sexual, tan válida como cualquier otra. Se dice que es en la familia donde se nos han enseñado todas las actitudes aberrantes, retrógradas, anquilosadas y discriminatorias que nos hacen cerrarnos a los nuevos tiempos. Las responsabilidades de la mujer en la familia son supuestamente enemigas de la realización de la mujer. "Libre elección de reproducción" es la expresión clave para referirse al aborto; mientras que "estilo de vida" apunta a promover la homosexualidad, el lesbianismo y toda otra forma de sexualidad al margen del matrimonio. Se reclama el "derecho" de las parejas lesbianas a concebir hijos a través de la inseminación artificial, y de adoptar legalmente a los hijos de sus compañeras. Vale señalar que para la "identidad de género", la religión es un invento humano y las religiones principales fueron inventadas por hombres para oprimir a las mujeres. Defienden que cada persona debe elegir libremente el género al que le gusta pertenecer, según los momentos y etapas de la vida. Se nos quiere manipular psicológica, moral, social y religiosamente, para que aceptemos estas aberraciones y las veamos no como repugnantes, sino como normales y de acuerdo a los tiempos contemporáneos donde nada debe estar prohibido, sino todo se permita.
Es fácil descubrir las consecuencias negativas de esta mentalidad sobre la familia. Eso puede hacernos pensar que la familia está en verdadero peligro, sin embargo, hay también muchos signos positivos y esperanzadores: la conciencia más viva de la libertad personal; mayor atención a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio; la promoción de la dignidad de la mujer; la procreación responsable; la educación de los hijos; la conciencia de la necesidad de desarrollar relaciones entre las familias en orden a una ayuda recíproca espiritual y material; el conocimiento de la responsabilidad de la familia en la construcción de una sociedad más justa (familiaris consortio n. 6). La familia está en el centro del verdadero desarrollo actual. Una sociedad encaminada a la protección de la familia, encontrará la motivación y la energía necesaria para esforzarse en el servicio del verdadero bien del hombre; encontrará también formas de acogida provechosas para la vida social, forjará las energías morales y capacitará para la ayuda recíproca.
Proponer a las nuevas generaciones la hermosura de la familia y del matrimonio se convierte en una necesidad social, e incluso económica, descubrir su sintonía con las exigencias más profundas del corazón y de la dignidad de la persona. "En esta perspectiva, los estados están llamados a establecer políticas que promuevan la centralidad y la integridad de la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, célula primordial y vital de la sociedad, haciéndose cargo también de sus problemas económicos y fiscales, en el respeto de su naturaleza relacional. (caritas in veritate n. 44)"
Fomentando la apertura a la familia y a la protección de la vida, los pueblos ricos pueden comprender mejor las necesidades de los que son pobres, evitar el empleo de ingentes recursos económicos e intelectuales para satisfacer deseos egoístas entre los propios ciudadanos y promover, por el contrario, buenas actuaciones en la perspectiva de una producción moralmente sana y solidaria, en el respeto del derecho fundamental de cada pueblo y cada persona a la vida. Dios ha decidido nacer y crecer en una familia porque sabe que es en ella donde se construye la persona. Cultura, tradiciones, lenguaje, … todo lo que forma al hombre. De este modo la familia es el primero y ordinario camino de su encuentro con la humanidad. Lo sigue siendo incluso enmedio de los elementos contrarios a los que les descubre su falsedad, viviendo desde dentro los elementos del verdadero amor. Cada uno de sus componentes va descubriéndose. Forjándose en el amor, respeto, solidaridad, apoyo, …
María y José educaron a Jesús ante todo con su ejemplo, el de sus padres; él conoció toda la belleza de la fe, del amor de Dios, además de las exigencias de justicia que encuentran pleno cumplimiento en el amor. Jesús aprendió de sus padres lo importante de la voluntad divina. La santa familia de Nazaret es verdaderamente el prototipo de toda familia que está llamada a realizar la estupenda vocación de ser célula viva de la sociedad, signo e instrumento de unidad para todo el género humano. Es también esta Sagrada Familia el sostén para que sepan resistir las presiones desgarradoras de una cultura contemporánea, que mina las bases de la institución familiar.
Hoy, la humanidad aparece mucho más interactiva que antes: esa mayor vecindad debe transformarse en verdadera comunión. El desarrollo de los pueblos depende sobre todo de que se reconozcan como parte de una sola familia, que colabora con verdadera comunión y está integrada por seres que no viven simplemente uno junto al otro (Caritas in veritate n. 53).
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