Daños. Los daños a la infraestructura de energía eléctrica generan pérdidas anuales de dos millones de pesos, en detrimento también de los usuarios del servicio que presta la CFE.
Al calificar como muy grave la afectación que ha sufrido la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en los dos últimos años con acciones de vandalismo y robo de material, el superintendente de esta dependencia federal, División Norte, Andrés Corral Armendáriz, precisó que por esos conceptos, esta paraestatal sufrió una pérdida en 2011 de alrededor de dos millones de pesos.
De acuerdo con el conocimiento que tiene el funcionario federal, las instalaciones eléctricas son objeto de daño por parte de vándalos, al tiempo que el robo de cable es el rubro que representa una mayor afectación al tener que reponer los materiales sustraídos, lo mismo del exterior de domicilios particulares que de la infraestructura general con que cuenta la dependencia federal.
"Desde luego, la reposición ya no es del mismo material; el robo se hace frecuentemente por (sustraer) el cobre, pues este material ha tomado un valor más elevado en el mercado. El robo se da tanto de material nuevo como en material que ya tiene tiempo instalado", precisó Corral Armendáriz.
MEDIDORES, EL BLANCO
En este mismo contexto, el superintendente de la CFE, División Norte, detalló que la afectación vía el robo también se registra a través de la sustracción de medidores de energía eléctrica, "en nuestro caso, el daño ha sido fuerte y, desafortunadamente, continúa, no obstante las diferentes denuncias que se han interpuesto para estar al pendiente y darles seguimiento a los delincuentes en este sentido", subrayó.
De igual forma, el servidor público describió que, en el rubro presupuestal, de acuerdo con evaluaciones recientes, durante el año 2011, las pérdidas por el robo de los diversos materiales que maneja esta dependencia ascienden a los dos millones de pesos, "sobre todo, de daños y perjuicios que se generan por el robo del cable conductor".
Finalmente, Corral Armendáriz hizo énfasis en que, muchas veces, es más significativo el impacto que tiene el robo de material eléctrico por la afectación que provocan a los habitantes de la zona de donde roban los insumos, al dejarlos sin el servicio de energía eléctrica, además de la dificultad que implica la reposición de los materiales sustraídos.
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