Remolque. Días de angustia pasaron los tripulantes del crucero ‘Costa Allegre’ tras anunciarse un incendio que los obligó a remolcar en las islas de Seychelles.
Los pasajeros acalorados y cansados que desembarcaron ayer de un buque averiado en las islas Seychelles dijeron que se habían preparado para abandonar el crucero cuando estalló un incendio en la sala de máquinas hace tres días y el barco quedó a la deriva en aguas frecuentadas por piratas.
Los botes salvavidas fueron descendidos, dijeron los pasajeros. Pero el incendio que estalló el lunes fue controlado y las más de mil personas a bordo se quedaron en el crucero Costa Allegra, que súbitamente se quedó sin motores, sin aire acondicionado ni agua corriente para duchas y retretes.
El austriaco Thomas Foaller recordó que algunos fueron presas del pánico. Hubo parejas que quedaron separadas y se llamaban a los gritos, agregó.
Entre ellos estaba la pareja estadounidense de Gordon y Eleanor Bradwell de Athens, Georgia. Se separaron cuando Eleanor fue a su habitación para recoger el chaleco salvavidas. Un tripulante le había dado el suyo a Gordon, de 72 años, mientras el humo se espesaba.
"Esos fueron los peores momentos", reveló Gordon.
Eleanor Bradwell comentó que la respuesta inicial a la alarma pareció desorganizada, pero que en general tanto ella como su marido supusieron que la compañía manejó bien la emergencia.
"Pudo haber sido peor de lo que fue", dijo Gordon. "Podría haber sido desastroso, pero aquí estamos vivos".
Los dos comieron emparedados fríos durante tres días y durmieron en la cubierta para escapar del calor sofocante.
Foaller dijo que después que se controló el incendio la situación se tranquilizó.
"No fue nada dramático sino tranquilo. Después (que se extinguieron las llamas) fue simplemente aburrido", comentó.
El incendio se produjo seis semanas después que el Costa Concordia, de la misma línea naviera, embistió un arrecife y quedó semihundido frente a una isla italiana, con un resultado de 25 muertos y siete desaparecidos.
"Reconozco que fue muy mala suerte para esta gente, pero está haciendo lo mejor que puede", dijo Guillaume Albert, director de Creole Travel Service. "Tienen que reconstituir su imagen ahora, pero he visto un equipo muy profesional".
Por su parte, la compañía Costa Cruceros, propietaria del barco "Costa Allegra" que quedó a la deriva ha ofrecido distintas compensaciones a los pasajeros del buque, entre las que se incluye una indemnización por el valor de su billete.
Según informó Costa Cruceros mediante un comunicado, tres son las compensaciones que se han ofrecido al 70% de los 627 pasajeros que se han quedado en el archipiélago de las Seychelles para continuar con sus vacaciones y una más para el 30% restante, que ha decidido regresar inmediatamente a sus casas.
La compensación común ofrecida a todos los pasajeros incluye el reembolso total del billete del crucero y los gastos de viaje asociados; el reembolso total de los gastos mantenidos a bordo durante el trayecto y una indemnización equivalente al billete pagado y a los gastos de viaje asociados.
Para quienes han decidido ser repatriados con vuelos organizados por la compañía y, por tanto, han rechazado la posibilidad de permanecer con los gastos pagados una o dos semanas en Seychelles, se les ha ofrecido además un vale del mismo valor que el billete del "Costa Allegra" para utilizar en cualquier crucero de la naviera que parta en los próximos dos años.
La compañía, reza el comunicado, está "sinceramente disgustada por las molestias causadas a sus invitados, pero feliz de haberlos encontrado en buenas condiciones".
El incendio en el "Costa Allegra", que ha tenido que ser remolcado hasta las Seychelles tras quedar sin luz a más de 200 millas al suroeste del archipiélago, se ha producido un mes y medio después del naufragio del "Costa Concordia" (también propiedad de Costa Cruceros) frente a la isla italiana de Giglio, que dejó un balance de 25 muertos y 7 desaparecidos.
Varias asociaciones de consumidores italianas han anunciado ya acciones legales para exigir indemnizaciones a la compañía, incluidas las relativas al "miedo y el estrés" que pudieron pasar los pasajeros al declararse el incendio en la sala de máquinas y quedar sin electricidad en medio del Océano Índico.
