PRIMERA GRAN FERIA DE LA REVOLUCIÓN DE GÓMEZ PALACIO, DGO. (III)
En la colaboración anterior (Edición G.P. y L. de "El Siglo", Oct. 7 /2012 Pág. 4E2) relatamos algunos sucesos importantes y simpáticos de la vida nacional y local que inyectaban, a la vez, nervio y expectativa a la atmósfera de aquel noviembre de 1964...
...el cómputo (día 8) para elegir a la reina de la Primera Gran Feria y, finalmente, concluimos (día 14) con el emotivo momento inaugural.
Hecho lo anterior, el gobernador, alcalde, miembros del comité organizador e invitados realizaron un recorrido por las instalaciones de la Gran Feria, que abarcaban los alrededores de la Plaza Juárez, donde se levantaban los stands, que patrocinados por las principales empresas gomezpalatinas, jaboneras, vinícolas, cerveceras, refresqueras, panificadoras, galleteras, confeccionadoras de ropa, electromecánicas (talleres) y de carácter agrícola, así como por la S.A.R.H., entre otras, se posesionaron de las avenidas Independencia e Hidalgo.
El stand de la Cía. Vinícola del Vergel era de los más visitados, por sus constantes rifas: ¡Regalado!... ¡Regalado!... ¡Regalado!... pregonaban reiteradamente los jóvenes y señoritas que lo atendían. Obsequiaban al que se acercara, un boleto o dos y hasta tres si porfiabas, para la rifa de una botella de brandy Vergel Supremo muy popular y económico en aquel entonces, o en su caso una de aguardiente Moscatel. Algunos, de los que no obtenían premio mayor, en la rebatiña, pescaban: vasos de cristal, carteritas de cerillos, ceniceros, todos con el sello de la casa: Vergel… Así "se las gastaban" las generosas empresas que un día dignificaron y engrandecieron el terruño. ¡Esos…eran, otros tiempos!
"…Vieja pared del arrabal, tu sombra fue mi compañera…" Allí, en el añorado Vergel, se dio nuestro primer pago: manejando la gran báscula para pesar y destarar una interminable fila de tolvas rebosantes de uvas: bola dulce, rosa del Perú, Salvador, moscatel y párale de contar. Allí quedamos "condenados" para siempre (1965) en el I.M.S.S: derechohabiente 31-65-47-1537… "Desde hoy ganarás el pan de cada día con el sudor de tu frente…" ¡Ching…!
La cervecería Carta Blanca, que en esos años se andaba consolidando en el gusto de los laguneros, traía un escuadrón de supervisores obsequiando vales por una cerveza, que tenían el objetivo de "picar a la raza", para que agarrara la parranda en los bares que habían quedado "secuestrados", ¡líbranos Señor!, dentro de los límites de la barda perimetral que acotaba La Feria, (unos módulos construidos de tablas de madera de 4 pulgadas de ancho y 1.70 metros de altura, terminadas en punta) verbigracia: "Los Amigos", "El Parral", "El Iris", "El Palacio" y "El Chapultepec", para que éstos no sufrieran desleal competencia por las "reglamentarias" e imprescindibles "Jarras", que estratégicamente instalaron sus mesas frente al puesto de "Mingo" ¿quién sabe por qué sería? Unos apostaban que por la "rocola" y otros, asiduos a las aguas de "celix" (seltz, término alemán, acuérdense de los Alka….er, sólo torcían la boca al unísono con el pescuezo y levantaban los hombros, sin pronunciar más palabras: ¡Sabe!
Vaya que en aquellos años se bebía, se comía y se dormía muy "a gusto", como si uno no debiera nada. Actualmente no es lo mismo, pues si te atreves a ir al bar, en alguna noche de calor, a tomarte unos tragos, dejando tu coche en casa como se debe hacer y regresar en taxi al hogar sin molestar ni ser molestado en el camino. Corres el riesgo de que un patrullero de Policía, en acecho, de los que no hay pocos, detenga el taxi, ordene al conductor, te baje y te lleve detenido o de perdis te pase por la "báscula" ¡Qué poca…!
¿Quihubo, esa no la han visto, muchos de ustedes, "verdá"?, claro, como están las cosas, realmente, los noctámbulos estamos en serio peligro de extinción.
Pero olvidemos las cosas tristes que nos acechan desde todos los ángulos de la existencia, todos los días y, que son muchas, tantas, como los malandrines y los "polis" (bueno, no todos son abusones) ¡Ya suéltennos cabr...s!
Bimbo, La Esperanza, Gamesa, Coca y Pepsi tenían para los feriantes, en miniatura, para dar en probadita, una rebanada de panqué, un jabón "Olivol" para las manos, un paquetito de galletas o un vasito con refresco, cosa que poco se ve en nuestras ferias actuales, ¿Será que éramos "menos muchos" o qué?, ¿que el pueblo era chico o qué?, ¿que ahora es "chico" el criterio de los gerentes de ventas de las empresas expositoras, o qué? ¿Qué será …será, lo que ibas a ser.…?
Por cierto, y hablando, perdón, escribiendo respecto del "Olivol"…Algo anda mal en el mundo, algo le acontece al ser humano que ha olvidado los valores y seguramente el jabón, porque algo huele mal y no creo que se deba a la triste desaparición de la Compañía Industrial Jabonera "La Esperanza", sí, la del símbolo del ancla. Nuestra acta de nacimiento. Nuestro primer orgullo. Nuestra razón de ser, que no aguantó los despiadados guadañazos de tanto tirador y depredador que impidieron que quedara piedra sobre piedra en el noventa por ciento de su otrora oasis de vegetación y de productividad. ¡Qué pena!
¡Ojo, mucho ojo!, que no nos vayan a sacar de la chistera a inversionistas "desinteresados" en poner negocios que oferten un "titipuchal" de empleos de a $7.00 la hora. ¡CUIDEMOS GOMEZPALATINOS, preservemos lo que debe ser un área verde, como la conocimos los que ahora militamos en el INAPAM! Queremos un parque, sin muchos muros ni oficinas (no se les ocurra inventar pretextos) para que la población de escasos recursos, sus niños, sus jóvenes, sus adultos que cada día son más, tengan en el corazón de la ciudad donde mitigar sus penas, donde descansar de la dura jornada del trabajo. Que nadie medre con negocio alguno… ¡No la chiflen, "señores que las pueden", que es cantada!
¡Ese territorio, que un día fue emporio, es patrimonio de todos: Ni se vende, ni se permuta, ni se compromete en negociación alguna! Atentamente, El Pueblo.
¡Ay, Dios!, se me olvidaba el asunto a tratar. Decíamos…Una vez terminado el recorrido por todo el espacio de la Gran Feria, el gobernador y comitiva se dirigieron al Estrado Real, levantado en la misma Plaza de Armas, (Morelos y Centenario) para celebrar la Ceremonia de Coronación, que resultó de ensueño, de cuento de hadas, desde que S.G.M. Ana María I y S.A.R. María Aurora, descendieron, hermosamente ataviadas, de sus "carrozas de calabaza encantada", y se dirigieron hasta donde el trono, acompañadas de sus "príncipes soñados" y de su elegante séquito de bellas embajadoras.
Ceñidas las coronas y entregados los cetros por las primeras autoridades, dio inicio el programa: Salutación a cargo del distinguido orador Dr. Dionisio Sánchez Guerrero, quien enfatizó: "…El pueblo no va a donde las reinas, las reinas van a donde el pueblo…"; continuó con la actuación siempre esperada por las damas, del tenor Dr. Jaime Martínez, homeópata y galán muy apreciado, de quién se decía, que las damas se aliviaban con sólo verlo y que sus "chochitos" eran meros placebos; en seguida, se dejo sentir la voz vibrante de la cantante de ranchero Rosa Herlinda Lozano y culminó, ni más ni menos, con la inigualable Amparo Montes, la mejor interprete del "Flaco de oro", acompañada al piano por Teté Cuevas. ¡De peluche!
Plenos de emoción y de alegría, autoridades, reinas y vasallos, se trasladaron al Club Lagunero, dando principio a uno de los bailes más hermosos de que se tenga memoria, amenizado por la Orquesta de Nuco Cisneros de la ciudad de Durango y por la nuestra, no menos grandiosa, de Quico Sáenz. ¡Y ráspale choclo, que pa' eso te truje! Agur. Continuará…
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