Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

PLAZA PÚBLICA

HÉCTOR RAÚL AVENDAÑO

Primera gran feria de la revolución de Gómez Palacio, Dgo. (VI) y último

"Callar la verdad es tan grave, como difundir la mentira". M.T. Cicerón. Dentro del Código de Honor y de las Buenas Costumbres, que rige a Gómez Palacio, desde la época misma de Ruperto Enríquez (primer poblador de lo que, después, fue nuestra querida ciudad, según don Pablo Machuca)...

... se ha incluido un artículo que reza: "Dejará de considerarse noble y leal gómezpalatino, aquél (o aquella ¡ay! pin… Fox) que los domingos muy temprano por la mañana, al "transportar" su olla con menudo o en su defecto con barbacoa, no porte, "arribita" de la susodicha olla, esto es, aprisionada por la axila, para entibiarla (los humanos entibiamos lo que más queremos) la edición de "El Siglo" para disfrutar de las buenas nuevas (Plaza Pública, por ejemplo). Dado en Palacio de Gobierno a los tantos días del mes de….Esto quiere decir: "a hue.." o lo que es lo mismo, no hay excusa.

Difícil tarea la de este aprendiz de cronista que, aferrado a sus añejos y sentidos recuerdos, se resiste a retirar el lápiz de esta última de las páginas en las que ha intentado relatar los pormenores de la Gran Feria. Será porque lo asaltan los deseos insatisfechos o porque insiste en recrear, infinitamente, los momentos vividos con sublime intensidad. Bueno, cada quien habla según le vaya en la Feria.

Esta serie (6 capítulos) de la Gran Feria, es la de las añoranzas y de la nostalgia de "más de cuatro". Al leerla, seguramente derramaremos una lágrima o mínimo dejaremos escapar un suspiro. Es posible que al volver a vivir aquellos hermosos tiempos de la piel lozana (con una que otra espinilla en la cara, claro); del corazón ajeno al colesterol; del hígado sin secuelas por efecto del alcohol y de las articulaciones con "amortiguadores" nuevecitos de la tienda, nos asalte un segundo aire. Es posible, es más me atrevo a asegurarlo, que nos embargará la convicción: ¡Valió la pena vivir! ¡Elemental, mi querido Slim!

Hablando de enfermedades y de salud, me encaró, hace unos días, muy airado, el muy apreciado en la Región, médico internista, neumólogo y otras "yerbas", Nacho Méndez Lastra, orgullo genuino (de origen) de los barrios: Las Banquetas Altas y Los Pozos y doctor de cabecera, en vida, de mi señora madre doña Socorrito y del suscrito, todavía vivito y coleando (las reliquias: sabrosa, la de San Judas, hace unos días con el "Naza", en su conjunto cultural del cerro) para reclamarme el por qué no lo había mencionado como asistente al cómputo donde Chacha resultó reina. Como buen abogado le contesté: Discúlpame hermano, como eres mi médico de cabecera, no te vi, me quedaste detrás. ¡Y… asunto arreglado…!

Otra persona, que también me hizo blanco de sus reclamos, fue la siempre guapa, sonriente y platicadora de la "Chepo" González: -Oye Chaparro, no hiciste alusión a nuestro stand en La Gran Feria-. Se refería, a la carpa instalada en el lado norte del puesto de Mingo, donde en penumbra y rodeadas de: Un tecolote disecado, calaveras de dulce, culebras de hule, un gato negro y un sinfín de amuletos, sin faltar el aroma de "Siete Machos" y la insustituible: "Abra cadabra, patas de cabra"; Ella, La Ñeca su hermana, Luz Cano, y la inolvidable y dulce amiga María Luisa Bardán. Una cada día. Ataviadas con una túnica negra, tachonada de estrellas plateadas y una pañoleta color violeta, a manera de turbante de la cual colgaban centavitos de cobre pintados con polvo de oro, se dedicaban a "echar las cartas" y "leer la mano", por la elevadísima cantidad de $5.00 (de aquellos). No me lo crean, pero sobraban los aventados que por serles tocada la mano por la de tan bellas damas, ¡daban eso y más!

Y, por último, otro amigo que me refrescó la memoria (en el buen sentido) Fernando "La Araña" Lozano: -No te dije, desde hace tiempo, que mi padre, don Diego Lozano Alonso, me llevó una noche al bodegón donde antiguamente "dormían" los tranvías (por la avenida Independencia, contiguo a donde, actualmente "se paga la luz") y mientras él trataba un asunto con un señor de los que trabajaban en el lugar, yo me dediqué a curiosear en el redondel del palenque y en las mesas donde estaba el refuego de "la jugada". Allí se instaló la tómbola de los "pudientes" en la Gran Feria, hace casi medio siglo. ¡Ay, Güey, ya casi nos vamos! ¡Ni madres!

Han de dispensar el abuso de los sobrenombres, pero hay personas muy connotadas que si aludimos a ellas por el nombre de pila, nadie se daría color: Elena María de los Ángeles Romo, Elsa Alicia Gutiérrez, ¿y ellas…? son nada más y nada menos que Yeye y Chiquis, por decir algunas. En el caso de un servidor hay quien, de la vieja ola, me nombra como Hugo, (confundiendo mi nombre) por aquello de que mi apellido lo hizo famoso el inmortal intérprete de: "Que un viejo amor, ni se olvida ni se deja… un viejo amor de nuestra alma si se aleja, pero nunca dice adiós…" ¡Díganmelo, si no, a mí!

No en balde el "Cachín" Carreón, de la mera "Raza" de Chitapán (Panchita Rayas, su santa patrona) en los años sesenta de "aquel" parque Morelos ¿si un día hablara? está por concluir un libro que compila los apodos de muchas generaciones de ex-alumnos del Instituto 18 de Marzo. ¡Nada… crónica pura de la imaginería mexicana!

Hablando ¿insisto? escribiendo sobre los stand. He de decirles que se instalaron en número de 78 y de los que se acuerdan mis contemporáneos, mencionaremos, además de los ya anotados con anterioridad: el de Maquinaria y Laminados del entusiasta y exitoso Ing. Jaime Reed Gil; Mármoles Muguiro y un negocio de productos Silvícolas, los dos, de Durango; Talleres Gallegos (Torno y perforación de pozos profundos) de don Rafael "El Pelón" y de sus hermanos Chuy, Memo "El Gato", Nato y Mundo "El Ratón" Gallegos Delgado y una firma productora de artículos de Mink, "guau", entre otras.

Además, la tradicional tómbola del Instituto Nacional de Protección a la Infancia, I.N.P.I (que inició los desayunos escolares en todo el país); los juegos mecánicos, ambos, alrededor de con Mingo y, detrás de la "rocola", los pollos asados, auspiciados por la misma Institución, que presidía la primera dama del Municipio, doña Paz González, auxiliada por su querida hermana Emma y la señora Celia, esposa del inquieto Dr. Armando Merino. El área compacta de restaurantes de antojitos mexicanos, como es de ley en toda feria, abarcó media cuadra de la avenida Hidalgo, frente a la Parroquia (hoy Catedral) de Guadalupe.

La Exposición Ganadera, porque también la hubo, (les insisto, fue una Gran Feria), con su ganado lechero: ya iba viento en popa la cuenca lechera, que ahora, alimenta a buena parte de México; con el de engorda: ya se empezaban a reconocer los mejores cortes del país.

La avicultura era incipiente, pero promisoria. Tanto, que entre los años 1997-98, se inició el despegue regional, alcanzándose en 1999, a nivel nacional: Primer Lugar en producción de pollo de engorda y Tercer Lugar en producción de huevo. Don Arturo Gilio Rodríguez, se dio un buen arrimón en esa faena al fungir como Presidente Nacional de los Productores (1987-91): ¡Orejas y Rabo!

Todo ese producto del esfuerzo lagunero, se instaló en el mejor lugar: La Unión Ganadera Regional del Norte del Estado de Durango, donde ahora se ubica Soriana "Centenario".

Ya entrados, en remendar los olvidos, culminemos con esta última coleta, "por esta" se los juro, que es la última: En el Teatro del Pueblo, participaron también: El profesor Gonzalo Rivera, con su guitarra prodigiosa; el simpático imitador Jorge Pineda "Colorín" y Domingo Macías, gran declamador. El 21 de noviembre, se presentó la Serenata Nacional de la Cervecería Cuauhtémoc, un programa de la misma calidad que el consagrado en T.V. "Así es mi Tierra".

Para disfrute del pueblo, todas las noches hubo "palo y marrano ensebados", llevándose casi todos los premios el audaz equipo del barrio de "Trincheras".

Para todos había un espacio, la diversión y la alegría, constituían la divisa de la Gran Feria.

En el plano deportivo, ya mencionamos, con anterioridad, la carrera de antorchas, aunque también, se realizaron una Carrera de Meseros con sus charolas pletóricas de "tanques" de cerveza y un Critérium Ciclista, para jóvenes del nivel de preparatoria, alrededor del parque Morelos. Ya que referimos, nuevamente, este antiguo bosque nuestro, diremos que en 1965, la Feria, tuvo que emigrar a sus espacios, debido a las quejas (ruidos y obstáculos) de los vecinos de la Plaza. ¡No aguantaban nada!

A propósito de estos días de "reliquias" y, ahora, de "calaveras", de esas que Posada sublimó allá por principios del Siglo XX, pa→ pegarle a don Porfirio "El Dictador" y a sus "Científicos", y de cuya afición seguimos siendo muy proclives (lo cual, es muy gratificante) los mexicanos en estas fechas. Un saludo respetuoso al H. Cabildo de Gómez y decirles (en voz baja, pues no soy su asesor, ni mucho menos) en relación con un manido Préstamo de 25 a 45 millones, autorizado sin especificar para que se solicita: que si se les quedó en el tintero una "calavera" para proponerla y discutirla en comisiones y después llevarla al pleno, que: Transparencia rima con Decencia y Opacidad, hace lo propio con Deshonestidad. ¿Sencillísimo, o no?

Hablando de "cuentas claras y el chocolate espeso", dejamos constancia, desde ahora, que no hemos cambiado de chaqueta, la traemos desde nuestras épocas juveniles, más puesta que muchos que nacieron ayer y que ahora tienen a su cargo el quehacer público (así andan las cosas). Una cosa es, que no se esté de acuerdo con algunas muy determinantes (y discutibles) decisiones y otra es, traicionar. Se traiciona al pueblo cuando se atenta contra

En efecto, ya para finalizar, sería saludable que la organización de la Feria, actualmente, se ajustara a lo que es un Organismo Público Descentralizado tal como lo dispone el Decreto número 39 del jueves 14 de mayo de 1998, votado por la H. LX Legislatura del Estado de Durango, de la que por el voto de la ciudadanía de Gómez Palacio y Tlahualilo (donde obtuvimos la máxima votación priista en el Estado, 1995) a mucha honra formé parte. Evitándose, con ello, el mal sabor de los resultados económicos, a veces risibles, y, por supuesto, para que tengan participación las principales organizaciones sociales del Municipio; esto es, que no sea negocio de unos cuantos. ¡Eso, seguramente, lo agradecerán: la Cruz Roja y, en Navidad, los niños más necesitados, como se hacía en aquel entonces!

Esos eran otros tiempos, Cronista, no sueñes. Cuando el pase a La Gran Feria costaba sólo un peso, se abarcaba toda la gama de las actividades con mucha dignidad y había ganancias…Cae el telón en las dos puertas monumentales, una contra esquina de El Emporio, la otra, de "El Chapultepec". Se apagan las luces. Se hace el silencio en la Plaza Juárez. "Ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición…" Agur…Nos leemos el próximo domingo si Dios y quienes mandan en "El Siglo", lo permiten.

hravendano472003@yahoo.com.mx

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