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PLAZA PÚBLICA

Plaza Juárez: Escuela Secundaria y Preparatoria Nocturna "Fray Pedro de Gante"

HÉCTOR RAÚL AVENDAÑO

"Yo soy Epifanio para mi familia, "Epi" para mis amigos y "Pifas" para los hijos de su "tiznada" madre. Así se manifestaba el Prefecto, ante los alumnos rejegos y groseros de la añorada Escuela Secundaria y Preparatoria Nocturna Fray Pedro de Gante, de Gómez Palacio, Dgo., en los años 1962-65, cuando tuvimos el privilegio de cursar la enseñanza secundaria.

Don Epifanio Sáenz era un auténtico Cancerbero. No permitía que alumno alguno después de ingresar al edificio escolar se retirara, salvo autorización expresa del señor director. El hombre estaba en su papel, inflexible, responsable, pero en el fondo era bueno y simpático. Se le veía siempre, a gusto, conviviendo con la juventud.

Era un clásico español sesentón, delgado, de baja estatura, con el cabello cano y corte muy a la militar. Su vestimenta: gorra vasca, camisa blanca de manga larga, chaleco negro, pantalón holgado, huaraches de vestir y su eterno cigarrillo en los labios, de los que emergía un resoplido de saliva cada vez que pronunciaba una frase con el tono siseado, típico de los peninsulares.

Por qué le dedico estos párrafos iniciales a tal individuo de una personalidad única e inolvidable. Porque, sencillamente, su manera de ser y estar en la escuela lo convirtió en emblema indiscutible de la misma. Si no hubiera sido por don "Epi", muchos hubiéramos perdido incontables horas de clase (recordemos que éramos trabajadores y estudiantes, a la vez, sujetos a dilatadas jornadas laborales que a veces nos invitaban a liberarnos y disfrutar de la edad dorada) con la consecuente pérdida del derecho a examen y del año escolar. ¡La letra con sangre entra!

Lo anterior, ¡Claro! Sin menospreciar a los portentos de la educación que fueron los primeros directores: don José Mendoza Soto, don Alfredo Padilla Huerta, y doña Luz María Parra de Flores; después, los universitarios Lic. Juan José Álvarez Muñiz, C.P. Arturo Carreón Silva y Lic. Ángel Luna Mijares, hasta donde recuerdo.

Pero vayamos a los orígenes de Nuestra Alma Mater, aunque sea a vuelo de pájaro. Jesús Valdivia, egresado de la Primera Generación 1958-61, nos comentaba antier en ocasión de la tradicional Reunión Anual de Ex Alumnos, celebrada al mediodía en la conocida y hospitalaria "Quinta Bonita" de Lerdo, que el día 8 de octubre de 1958, el Cura de la Parroquia de Guadalupe, hoy Catedral, don José de la Soledad Torres Castañeda, convocó a los vecinos de la misma y a las organizaciones católicas a una reunión-convivencia en el anexo del Templo, para celebrar la fundación de una escuela secundaria nocturna para trabajadores, siendo presidida por el señor Arzobispo de Durango, don José María González y Valencia.

Con tal padrinazgo y con la determinación de la señora Concepción Fernández de Montemayor, a la sazón dirigente de la Unión Femenina Católica Mexicana, U.F.C.M. y Presidenta del Patronato, vio la primera luz, en la contraesquina de la Plaza Juárez, la Benemérita Escuela Secundaria Nocturna Fray Pedro de Gante. Las clases para el primer grado dieron inicio el siguiente lunes. Previamente ya se había invitado a una preinscripción y se habían animado unas cinco o seis personas. La dirección quedó a cargo del prestigiado profesor don José Mendoza Soto, quien a su vez fungía con el mismo carácter en la no menos prestigiada Escuela de Estudios Contables y Fiscales de la Laguna.

La presencia del profesor Mendoza Soto, atrajo a reconocidos maestros, tanto de la "Contables", como del Instituto 18 de Marzo, donde también impartía cátedra y del Instituto Francés de la Laguna, I.F.L. Así se integraron los Licenciados Esther Mijares Porras, Lilia Sonia Casas Franco, Álvaro Jiménez Salcido y Pablo Landeros; los profesores: Natalia Díaz de Flores, Luz María Parra de Flores, Velia Martínez, Carmelita de Flores, Rosa Velia Arriaga, Alfredo Padilla Huerta, Pedro González, Jaime Dueñas Jacobo, Leonardo González Alba, Dr. Eduardo García Luna, Químicos Leonor Cavanzón Martínez y Paulín Montoya y el señor don José Cervantes Chávez, en la cátedra de Moral, ilustre director del I.F.L. y años después Rector del Sistema de Escuelas Lasallistas de México, entre muchos otros, que de momento se nos pierden en la penumbra de los tiempos.

La escuela que, abrió sus puertas en 1958 como Secundaria Nocturna Fray Pedro de Gante, en septiembre de 1963 se extendió a Preparatoria, propiciando desde sus inicios que centenares de jóvenes y fundamentalmente adultos prosiguieran sus estudios truncados al terminar la primaria, y que otros tantos contadores privados, secretarias y egresados de carreras técnicas, ya en pleno ejercicio de sus carreras, se decidieran a intentar una oportunidad universitaria.

La calidad de la enseñanza y lo céntrico de sus aulas, primero en el anexo de la Parroquia; después, en 1962 por la avenida Victoria casi esquina con calle Zaragoza, frente a lo que fue el Banco Lagunero, y finalmente, en 1965 en Morelos y calle De la Llave, ya con edificio propio, la presentaron muy atractiva a los trabajadores con inquietudes de superación.

Durante su corta vida Nuestra Escuela, se significó no sólo por el alto nivel académico, sino por incursionar con éxito en las actividades sociales y culturales.

En lo social, tengo presentes dos campañas para elegir reina. En 1964, en que resultó electa Reina la señorita Abigail Márquez Flores, Abigail I y como Princesa Olguita Valdéz Romo. En 1965, la Reina fue la señorita Josefina Franco González, Josefina I y Princesa Lupita Mireles. Participativas y de gran emoción eran las campañas estudiantiles para sacar a la Belleza que representaría a la Escuela.

Igualmente se peleaba con enjundia, pero con nobleza para elegir a la mesa directiva estudiantil. Recuerdo a Rafael Caballero de la Rosa, Francisco Javier Ramírez y a Jesús Javier González, Presidentes de la Sociedad de Alumnos.

Las extraordinarias maestras de Español y Literatura, Natalia Díaz de Flores y Luz María Parra de Flores, con sus concursos intramurales de cuento y poesía, y los maestros Jaime Dueñas Jacobo y José Mendoza Soto, con sus asesorías en Oratoria y Declamación, empujaron a muchos alumnos a aventurarse en el ejercicio de la palabra hablada y escrita, formando a un ejército de escritores, oradores y declamadores que dieron lustre a la Escuela a nivel regional, estatal y nacional. ¡Qué época, en que figuraban hasta cinco finalistas en los Concursos Regionales de Oratoria, representando a la "Pedro"!

Como olvidar aquella noche de mayo de 1963 en que sorpresivamente a la hora del descanso intermedio, nos ordenó el profesor Padilla, Director, que adoptáramos la formación de saludo a la Bandera, para informarnos muy emocionado que Enrique Torres Cabral, alumno de segundo de secundaria, presente y luciendo su medalla de plata, había obtenido el Segundo Lugar en el anual Concurso de Oratoria de la Universidad Juárez del Estado de Durango, compitiendo con preparatorianos y pasantes de carreras universitarias de todo el Estado. ¡Así se las gastaba la "Pedro"!

De esa época gloriosa surge el fragmento del poema "Escuela Mía" del propio Enrique Torres Cabral, dedicado a la "Pedro de Gante":

"Yo nunca he de olvidarte Escuela Mía,/

Porque de Fe mi espíritu impregnaste;/

Porque mi noche convertiste en día/

Y de la "Selva Oscura" me apartaste…"

La prensa regional, en su oportunidad, dio parte de lo realizado por Oradores de la talla de Gregorio Holguín, Enrique Torres Cabral, Walter Alfonso Espinosa, Sergio Fernández Olivares, entre otros.

La Banda de Guerra, comandada (1962 a 1964) por el estimado compañero Tomás Zamora Garza, se elevó a niveles que la ubicaban a la par de las bandas del Instituto Francés, de "La 18 de Marzo" y las Comerciales Isaac Pittman y Gómez Palacio.

Integraron la Primera Generación 1961-64: Martha Virginia Vargas Soto, Oralia Jurado Mora, José Barraza Amaya, Reyes Díaz López, Antonio Martínez Macías, José Armando Maraña Martínez, Jesús Galván Beltrán, Baldomero López Delgado, Carlos Gregorio Ortiz Camargo, Jesús Dagoberto Proo Moreno, Alfonso Rojas González, Francisco Rubio Borrego, Jesús Valdivia González, Lauro Echaverría Herrera, Miguel Ángel Rodríguez Montoya, Guillermo Mena Saucedo y José Pedro Mojica Gutiérrez.

El pasado viernes 28 de diciembre, como se ha hecho costumbre desde hace algunos años y para rumiar de nueva cuenta, valga la redundancia, las anécdotas y los bellos momentos que vivimos enclaustrados en ese inolvidable caserón de la avenida Victoria, nos congregamos: Enrique Canales Martínez, Francisco Cossío Alvarado, Miguel Echavarri Alanís, Manuel Frausto Herrera, Francisco Gutiérrez Reinoso, Ricardo Íñiguez Moreno, Nicolás Jáuregui García, Guillermo Leyva González, Manuel Morales Torres, Nazario Simón Zárate, Fernando Sotelo Macías, Raúl Soto Camargo, Enrique Torres Cabral, Juan Tostado Lara, Jesús Valdivia González, Alfonso Velázquez Quiroz, Tomás Zamora Garza y el que escribe. Por motivos de salud lamentamos la ausencia de Jesús Cavanzón Martínez, Alejandro Echaverría Herrera, Alejandro Ortiz y Jesús Rangel, a quienes les deseamos pronto restablecimiento.

Decía Enrique Canales, al calor del vino y de la fraternal convivencia: " Que cosa tan extraña y singular, que ex alumnos de una Escuela que desapareció hace más de veinte años, la sigan manteniendo vigente".

¡Sí Señor!, Si "la gratitud es la memoria del corazón", cuántos corazones laten aún, Escuela, Maestra, Madre, al conjuro de los recuerdos y beneficios que en abundancia nos prodigaste a tanto ser humano que buscó en tu seno la luz y con ella, la superación…Feliz y Próspero Año Nuevo deseamos a nuestros amables lectores y sus familias. Nos encontramos el próximo domingo, D.M…Agur.

hravendano472003@yahoo.com.mx

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