He escuchado el argumento reiteradamente: Humberto y Rubén Moreira son distintos. Humberto no tiene la visión de Estado de Rubén, sostienen los Rubenistas. Rubén no tiene gran conexión con el pueblo, susurran los Humbertistas. Unos se quejan del desorden que dejó la anterior administración, mientras otros lamentan que el nuevo gobierno no los defiende de las críticas. Es la batalla del Moreirismo contra el Moreirismo, siempre en voz baja, concentrada más en chismes que en sustancia. "¿Viste lo que escribió Carlos Moreira en twitter?" "¿Te fijaste que Rubén no asistió al bautizo de la hija de Humberto?"
La cultura política coahuilense sigue sorprendiendo. El partido que gobierna el Estado es tan poco democrático, que los políticos locales se autodefinen a partir de su afinidad con distintas facciones de una misma familia.
Bajo el análisis simple, la ruptura es evidente. El Presidente Estatal del PRI declara que "nada ni nadie puede discutirle el liderazgo a Rubén Moreira". Y, aparentemente acusando recibo, Humberto Moreira se auto-destapa como precandidato a la Alcaldía de Saltillo. "Quien no quiera ver que no vea", me dice un Rubenista. ¿O era Humbertista? A veces es difícil clasificarlos. Seguramente el actual Gobernador recibió con beneplácito el renovado protagonismo de su hermano. ¿Habrá mejor forma de reafirmar el liderazgo absoluto -e indiscutido- de Rubén Moreira en Coahuila?
Quien cree en el rompimiento, utiliza las obras de ambos Gobernadores para demostrar las diferencias. Humberto construyó puentes y caminos, Rubén impulsa un nuevo marco jurídico e institucional. Uno fue el "ingeniero de la modernidad", el otro es el "arquitecto estadista". Uno buscaba detonar cambios inmediatos y visibles. El otro intenta cimentar desarrollo de largo plazo. Algo así cuenta la narrativa local. Pero lo cierto es que Rubén se dedica a hacer leyes y a crear instituciones porque el servicio de la megadeuda le deja poco margen para hacer obras. Igualmente, Humberto pudo hacer tantas obras porque la pobreza de nuestras leyes y la debilidad de nuestras instituciones le permitieron adquirir financiamiento sin permiso y gastarlo con absoluta discrecionalidad.
Sostengo que la hipótesis de la ruptura es falsa. Las diferencias entre ambos Moreira se explican más por los cambios en el contexto, que por diferencias significativas en su manera de entender y ejercer el poder. Por supuesto hay celo y peleas ocasionales, sobre todo entre miembros de sus respectivas cortes. Sin embargo, en lo fundamental, siguen y seguirán siendo aliados. Más allá del vínculo sanguíneo, sus facciones están unidas por un acuerdo tácito de reciprocidad: Mi silencio a cambio del tuyo.
Los dos Moreira son lo mismo porque sería imposible entender la Gubernatura del segundo sin la del primero, o la actual tranquilidad del primero sin la aquiescencia del segundo. Rubén Moreira construyó su candidatura al amparo de la opacidad y de las medias verdades del sexenio anterior, aprovechando recursos y personal del Gobierno. Por su parte, Humberto Moreira puede sentirse exculpado de los excesos de su gobierno gracias a la opacidad y medias verdades que persisten en la nueva administración. Más allá de la disputa ocasional, los Humbertistas y los Rubenistas están conscientes de que la supervivencia política de ambos grupos depende de esta simbiosis, y por ello hacen todo lo necesario por protegerla.
Valga un ejemplo, pequeño, pero ilustrativo. Uno de tantos pasivos refinanciados al final del sexenio anterior consistió en un pagaré suscrito por el Gobierno del Estado con BanRegio por $82 millones de pesos. Agotada la posibilidad de financiarse con créditos a largo plazo, el Gobierno anterior recurrió a la práctica de obtener importantes financiamientos a cortísimo plazo, sin notificar al Congreso y a un elevado costo financiero. Si el Gobierno de Rubén está comprometido con la transparencia, y si en efecto hubiese una ruptura con Humberto, ¿por qué ocultan la fecha en que fue suscrito este pagaré, la tasa de interés pactada y la comprobación documental del destino de los recursos?
En esta liga (http://bit.ly/ RsLGwi) pongo a su disposición un oficio de dos cuartillas que muestra cómo la Secretaría de Finanzas hace maromas para negar información sobre el citado pagaré. Primero entregan un archivo dañado, inaccesible, y después argumentan que no tienen obligación de responder ¡porque ya respondieron! Argumentos legaloides aparte, ¿será esta la "nueva dimensión en la rendición de cuentas" que ofreció Rubén?
El Moreirismo es uno. No es que Humberto se haya acercado al pueblo, y que Rubén se haya distanciado. No es que Humberto haya creado una red clientelar, y que Rubén la haya acotado. Estas acciones aparentemente contradictorias son lados inevitables de la misma moneda, administradas cuidadosamente para minimizar y posponer el costo político. Rubén Moreira prometió continuidad, y sólo eso ha entregado hasta ahora.
Twitter: @oneflores