La economía mexicana podría crecer entre 3.7 y 4.0 por ciento este año si los precios del petróleo detienen su ascenso, pues de lo contrario afectaría el desempeño global y del país, advirtió Banco BASE.
La directora de Análisis Económico y Financiero de la institución, Gabriela Siller Pagaza, afirmó que la economía mexicana se encuentra en buenas condiciones, aunque existen riesgos latentes del exterior que la hacen vulnerable.
Dijo que México muestra una recuperación más rápida que otros países, pues cuenta con una macroeconomía estable y blindada por las altas reservas internacionales, posee un crecimiento en las exportaciones que se mantendrían de doble dígito durante el año y tiene una mayor competitividad del sector exportador.
“El crecimiento de este año será de 3.7 a 4.0 por ciento si los precios del petróleo no siguen subiendo” y hoy la cotización del oro negro “afecta más a la industria de lo que beneficia a las finanzas públicas”, debido a que impacta en los costos de las empresas y modifica sus pronósticos de crecimiento, expuso.
En conferencia de prensa, previó que si se alcanzan niveles de 140 dólares por barril para el tipo Brent, 130 dólares en el caso del West Texas Intermediate (WTI) y 125 dólares la mezcla mexicana, habría un impacto económico y “no estamos tan lejos de llegar a esos niveles”.
La víspera, el precio de la mezcla mexicana de petróleo se ubicó en un precio de 108 dólares por barril, mientras que el Brent y el WTI se cotiza en alrededor de los 102 dólares y el Brent los 117 dólares por tonel.
La analista detalló que el comportamiento del precio del petróleo está afectado por una alta liquidez en ese mercado, las expectativas de menor crecimiento de China y la situación en medio oriente.
Consideró que la economía mexicana también está expuesta a la volatilidad en precios de otras materias primas y en el tipo de cambio, y a la difícil situación en Europa, sobre todo a la posibilidad de que España sea rescatada.
Al interior, abundó, un riesgo latente es el endeudamiento de los estados.
En un escenario pesimista, Siller Pagaza pronosticó que la economía mexicana crecería 3.4 por ciento, 3.7 por ciento en un contexto moderado y 4.0 por ciento en el optimista.
“Esto es si sigue desempeñándose igual la economía y asumiendo que una baja en la tasa de interés del Banco de México”, lo cual incentivaría el consumo y por tanto la economía, anotó.
En ese sentido, estimó que el banco central reducirá en 25 puntos bases su tasa de referencia en su próximo anuncio de política monetaria del 27 de abril, incluso que los desempeños de los Certificados de Tesorería (Cetes) y los bonos a 10 años reflejan que los mercados esperan tal ajuste.
Respecto al proceso electoral, descartó que éste sea un factor de preocupación para la economía mexicana, aunque -aclaró- sí genera volatilidad en el tipo de cambio, por lo que conforme se acerquen los comicios continuará depreciándose como en 2000 y 2006.
Así, previó una depreciación del peso frente al dólar de alrededor de 6.0 por ciento, similar al que alcanzó en los periodos electorales anteriores, hasta cotizarse entre 13.48 y 13.50 pesos por dólar para junio próximo y empezar a bajar a partir de julio para llegar a 12.50 pesos por dólar al cierre del año.
“El resultado de las elecciones no es algo que preocupe”, pero el proceso siempre genera incertidumbre, sumado a los temores del exterior, abundó.
Sobre la nacionalización de la petrolera YPF en Argentina, la analista consideró que esta medida tendrá una afectación en Petróleos Mexicanos (Pemex) por la caída en las acciones de Repsol, pero no impactará negativamente a la economía mexicana.
La afectación más importante es que América Latina se ve como un grupo y medidas como la expropiación de la petrolera elevan la aversión al riesgo en los países de la zona y por tanto, de la economía mexicana, finalizó la analista.