La Policía Metropolitana de La Laguna, un proyecto concebido hace varios años para mejorar la seguridad de la zona conurbada, se concretó en menos de dos meses con la activación de un grupo de 150 agentes de Coahuila y Durango. Pero la rapidez con que la llamada “Metropol” fue iniciada no es una señal positiva sobre la efectividad de la nueva fuerza policiaca. Por el contrario, genera más dudas que certidumbres sobre esta nueva corporación que supuestamente tendrá autoridad para actuar sin las ataduras de los límites estatales y municipales.
La idea de la Policía Metropolitana fue retomada por el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, luego de tomar posesión en diciembre pasado, en conjunto con el gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, quien en 15 meses de gobierno nunca había manifestado ninguna intención de emprender este proyecto.
Desde el inicio empezó la falta de coordinación. El Gobierno de Coahuila anunció que asignaría a 100 nuevos elementos de la Policía Estatal para la nueva corporación. Pero este anuncio agarró “fuera de lugar” al gobierno de Durango, pues Herrera Caldera primero reconoció que no tenía los elementos policiacos y luego dijo que entraría al proyecto con 50 agentes.
El Siglo de Torreón cuestionó hace un mes la ausencia de un marco legal que permita a estos agentes moverse en diferentes estados o municipios. El Gobierno de Coahuila anunció que primero se formaría la corporación y luego se reformarían las leyes; el de Durango que haría las cosas al revés, primero la reforma, luego la Policía.
Finalmente, ambos gobiernos firmaron un convenio para adelantarse a las reformas legales y lanzaron a los 150 agentes a hacer patrullajes a la zona conurbada.
Aún quedan dudas sobre el papel de esta nueva corporación. No se ha informado si su labor será preventiva o de investigación, o si responderán a cada emergencia o sólo a casos específicos. Además, los 150 agentes conforman un estado de fuerza muy precario para una zona urbana de más de un millón de habitantes.
Y mientras Coahuila ya asignó un mando, en La Laguna de Durango no hay todavía una estructura y los alcaldes de Gómez Palacio y Lerdo ni siquiera fueron informados.
Pero sobre todo queda la duda de lo que podrá lograr esta nueva Policía si procede de dos instituciones, las Fiscalías de Coahuila y Durango, que hasta ahora han sido incapaces de frenar la ola criminal que azota a la Comarca Lagunera.
La idea de la Policía Metropolitana surgió hace cinco años, cuando La Laguna comenzaba a vivir el aumento de la violencia y la incidencia delictiva. En ese momento ninguna autoridad avanzó en el proyecto. Que ahora se retome es una buena señal, pero si se retoma con prisas, sin un marco jurídico y con base en dos instituciones que no son efectivas, hay motivos para la incertidumbre.
