A horas del inicio de una cumbre entre la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, y representantes del sector de la energía, se produjeron hoy duras críticas contra la política energética del gobierno alemán.
En la reunión a puertas cerradas, que inició este día en Berlín, se esperan decisiones acerca de temas centrales en el marco de la ampliación de la red energética y de las inversiones en la energía convencional para apoyar el abandono de la nuclear.
Entre los participantes figuran exponentes destacados de los grupos energéticos RWE, E.on, Siemens y Thüga. También fueron invitados representantes de sindicatos industriales.
Antes del comienzo de la cita, la gestión de la canciller federal en la puesta en marcha del así llamado “Cambio Energético”, es decir, el paulatino abandono de la energía nuclear, fue objeto de duras críticas.
El presidente de la Patronal metalúrgica alemana, Martin Kannegiesser, declaró que “la manera en la que se puso en marcha hasta ahora el cambio energético es problemática”.
Kannegiesser expresó preocupación acerca de que las repercusiones del cambio energético en la industria alemana no hayan sido evaluadas con la atención necesaria.
“Un fracaso del cambio energético sería para las zonas industriales un gran problema”, insistió, “en el peor escenario hay el riesgo de cierre de numerosas empresas”.
Las críticas contra la gestión de Merkel no llegaron sólo desde los exponentes del sector sino también desde la oposición política que exigió más esfuerzo y coordinación en la implementación del anunciado cambio energético.
El presidente de los Verdes, Cem Özdemir, aseguró que la cumbre es un evento de “fachada” destinado a tener gran repercusión mediática antes de dos citas electorales claves en este mes.
“Con citas espectaculares destinadas a la televisión a pocos días de las elecciones regionales (en Sschleswig Holsten y Renania del Norte Palatinado) no se avanza ni un metro en la construcción de la red de captación y distribución de energía, ni se indagan nuevas tecnologías de almacenamiento”, aseguró Özdemir.
Se trata en general de un tema delicado en Alemania y que ya causó numerosas polémicas.
La misma Ángela Merkel había apostado al principio de su segundo mandato en el poder por la prolongación del uso de la energía nuclear en Alemania.
Pero cambió abruptamente de idea tras la catástrofe nuclear de Fukushima en Japón el año pasado y las reacciones de los electores alemanes contra el uso de la energía nuclear.
Poco después, el gobierno alemán anunció un abandono total de la energía nuclear a partir de 2011 y hasta el 2022.
Sin embargo desde entonces no hubo progresos en el debate acerca de la construcción de una nueva red para las energías renovables y en general acerca de la sustitución de la energía nuclear.
En declaraciones que aparecieron ayer en el diario “Hamburger Abendblatt” Merkel reconoció que: “Debemos resolver juntos algunas cuestiones importantes precisamente sobre los parques eólicos en alta mar”.
La canciller federal añadió que “los próximos meses serán determinantes para la ejecución del cambio energético”, que apuesta por las renovables.
Entre los grandes proyectos en obra está la construcción de una red para poder llevar la energía eólica producida al norte de Alemania hasta las grandes zonas industriales del sur del país.
El problema que Merkel quiere solucionar con su llamado a las grandes empresas energéticas del país radica en los elevados costos para instalar las nuevas tecnologías para aprovechar las energías renovables, así como la insuficiente infraestructura para utilizarlas.
El gobierno alemán quiere que los consorcios que producen energía en Alemania inviertan más en ello y además, que el sector privado invierta en la construcción de centrales para la producción de energía por medio del carbón y del gas.
Este tipo de plantas permitiría una transición en Alemania. Además suplirían a las energías renovables cuando éstas fallaran, por ejemplo como cuando no hay suficiente viento o luz solar.
La iniciativa privada, sin embargo, considera que tales pretensiones no son rentables y que además es un modelo inseguro y escaso de condiciones-marco.
La consecuencia de esa falta de acuerdo ha sido el estancamiento del proceso del cambio energértico en Alemania.
Para el 2022 está planeado el apagón nuclear total en Alemania, pero el modelo para llevarlo a cabo tiene muchos puntos conflictivos y sin respuesta.
A eso se añadirá que los consumidores alemanes deberán pagar por la energía procedente de fuentes renovables mucho más de lo que es aceptable.
Los consorcios, por su parte, quieren en el encuentro de este día que Merkel se ocupe directamente del tema del cambio de energía en Alemania para que se puedan tomar decisiones rápidas y para que se clarifiquen los muchos temas sin respuesta.
Pero sobre todo quieren que Merkel asuma la responsabilidad por el éxito o el fracaso del cambio energético en el país europeo.