Por 4 pesos los visitantes del Centro pueden conocer su peso

El cruce de la avenida Hidalgo y la calle Valdez Carrillo se ha convertido en un punto de subsistencia para don Luis Antonio Alonso.

Fue en 1995, que este hombre se colocó en este crucero con su báscula para ofrecer medidas de peso a todos los transeúntes que pasaran por ahí.

"Hablamos con las autoridades del municipio de aquel entonces, les dije que necesitaba ayudarme para salir adelante y me dejaron ponerme aquí... yo no molesto a nadie, todo lo que hago es para servir a la gente y ganarme unos pesos", dice el hombre junto a su báscula.

Cuando una persona quiere saber su peso actual sólo debe acercarse a este lugar, entregarle cuatro pesos a Luis Antonio y subir a la báscula.

Esos cuatro pesos representan su transporte, comidas y hasta medicamentos que, tanto él, como su esposa requieren.

Luis Antonio Alonso pasó gran parte de su juventud trabajando en diversas labores como la agricultura, los trabajos domésticos, reparaciones de vehículos y sobre todo el comercio en general.

Usualmente viajaba desde Parras hasta Zacatecas y en cualquier lado donde pudiera encontrar sustento para sus dos hijas pequeñas.

"En 1970 vine a Torreón por primera vez, compré una báscula, pero mis hijas iban creciendo y la vendí... ellas se fueron y se casaron, pero yo me quedé con mi esposa y me la pasé buscando una forma de mantenernos", asegura el hombre, quien ya tiene 68 años.

Con el paso de los años la salud de Alonso tuvo algunas complicaciones y el dinero no era suficiente para costear los gastos de su casa, fue así que decidió construir una finca con un poco de recurso, en esta ciudad.

Años después compró otra báscula (que aún tiene) y se colocó en su sitio actual para dar este servicio, además de que se dio cuenta de que la venta de cartón y de papel también era una fuente de ingresos.

Gran parte de las cajas que se desechan en los locales del centro son retiradas por don Antonio y su propia esposa, luego las venden y obtienen un poco de dinero extra para poder subsistir.

Esta tarea la realizan diariamente en los alrededores del centro, cuando se llegan las seis de la tarde se retiran a su hogar y descansan hasta el siguiente día.

 'NO DUERME TRANQUILO'

El mismo Luis Antonio reconoce que hoy sólo tiene una preocupación mayor, es respecto al estado en el que se encuentra su casa.

Esto, debido a que el techo se encuentra a punto de caer y algunos de sus vecinos le han comentado que es urgente mejorarlo, junto con otros aspectos de su vivienda, antes de que ocurra una tragedia.

"Me fueron a decir que me costaba diez mil pesos arreglar mi techo para que no se caiga, pero son cantidades que nunca voy a tener... pues ojala no nos pase nada, no se puede hacer más", indica con un ánimo de resignación.

Los materiales con los que construyó su finca son principalmente de desechos como la lámina, el cartón y otros similares.

Aunque ha solicitado apoyo a los gobiernos y algunas organizaciones no ha recibido respuestas favorables.

Por eso, Luis Antonio se sigue ofreciendo para medir el peso de las personas en el centro, sigue recogiendo cartón y obteniendo dinero como pueda, todo para tratar de vivir de manera digna.