Creció la plaga. Algunos productores del bosque se gastaron su anualidad de extracción y por eso dejaron crecer la plaga para que se les permitiera conmercializar de más la madera plagada.
Jesús Soto Rodríguez, secretario de Medio Ambiente del Estado, reconoció que algunos productores forestales dejaron crecer la plaga para aprovechar la madera y sacar metros cúbicos extra a su anualidad.
"Algunos lo pudieron ver como negocio, se les terminó la anualidad de extracción autorizada por la Semarnat y tenían cien hectáreas plagadas, pues dejaron que subiera a 300 para poder extraer esa madera y venderla", señaló el secretario.
Sin embargo, aclaró que fueron pocos los productores forestales que dejaron crecer la plaga en sus predios, porque la mayoría, aclara, no sabía cómo tratar el problema y eso provocó la propagación.
Uno de los inconvenientes por el cual se registró el avance considerable de la plaga, comentó Soto Rodríguez, fue que no se aprovechó la temporada de lluvias que se registró aunque hayan sido sólo dos meses, "no sabíamos cómo atacar el problema, no nos poníamos de acuerdo, unos lo hacían de un modo, otros de otro", dijo.
Esto provocó que una vez que se terminaron las lluvias a principios de septiembre, la plaga volvió y creció a tal grado que en estos momentos se ha triplicado el volumen de hectáreas afectadas que se tenían en julio (más de 115 mil).
Por ello, lanzó un llamado a los silvicultores para aprovechar la temporada de frío y tratar de avanzar lo más que se pueda en la eliminación de la plaga.
"Necesitamos llegar al mes de febrero con el 90 o 95 por ciento de la superficie afectada ya tratada porque si entramos al período de secas con una superficie elevada...", el funcionario no terminó la frase, guardó silencio y simplemente hizo un gesto de incredulidad.
Después volvió a retomar el diálogo, pero ahora simplemente comentó que la capacidad de reproducción del gusano descortezador es fuerte y que en estos momentos el árbol del bosque se encentra debilitado por la falta de agua, la que cayó en esta temporada -dijo- no fue suficiente.
Pero aseguró que independientemente de que se requiere el apoyo de los silvicultores para atacar este problema, también mencionó la necesidad de que el Gobierno federal apoye con recursos suficientes no sólo para el pago de jornales, sino también para la compra del insecticida que se usa para matar la plaga.
