EL AMOR EN LA OFICINA
Manejar la química en la oficina es un punto esencial para conservar tu profesionalismo. Un romance en la oficina es probable que suceda en toda carrera profesional; ya sea que te pase a ti o a alguien más en tu empresa, la cuestión es cómo se maneja esta situación.
Definirnos basándonos en nuestro trabajo (como muchos lo hacen) tomando en cuenta las cualidades de otros, que valoramos o anhelamos tener, puede resultar muy estimulante: confianza propia, toma de decisiones inteligentes, creatividad, prestancia, carisma, encanto; todas cualidades muy seductoras que pueden ser un potencial magnético.
También está el aspecto del poder, iniciar una relación amorosa con un superior o una superestrella, tiene una fascinación especial. La admiración puede tornarse en algo más.
En realidad, el romance en la oficina es tan común como las "laptops". El ambiente es hasta cierto punto propicio, los compañeros se llegan a conocer sobre una base multidimensional y, por lo general, la oficina es un lugar donde la productividad cuenta y las metas profesionales con frecuencia son las mismas.
¿Cómo ven las empresas estas relaciones? Por lo general, las empresas pequeñas son más tolerantes, el ambiente es más casual y cuentan con menos procesos y reglas; pero las grandes corporaciones sí tienen sus políticas claras de "no fraternidad", otras en forma discreta desalientan estas relaciones.
Todas las relaciones requieren de ciertas reglas fundamentales, las relaciones en la oficina exigen aún más, debido a las dimensiones de jefes, compañeros, clientes e ingresos. Al inicio de una relación con un compañero, no confíes en nadie que pueda chantajearte injustamente, desacreditar tu trabajo o soltar rumores.
Una vez que tu romance se conozca, actúa con naturalidad, trata de mantener la misma actitud y conducta de siempre; entre más auténtica sea tu actuación, tu relación será mejor aceptada.
No mandes correos electrónicos, rara vez son confidenciales, en cambio, circulan con facilidad.
Aprende a ser una actriz y mantén una fachada profesional.
El amor tiene una tendencia a convertirnos en soñadoras que pierden el tiempo; que éste tenga un impacto mínimo en tu trabajo.
No hagas nada que genere celos de tu pareja o críticas de tus compañeros.
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