RECONOCE TUS PRIORIDADES
Si quieres cambiar la manera como te ves a ti misma y cómo tomas una decisión respecto a tus prioridades, haz lo siguiente: revisa tu día de trabajo.
Tu más grande posesión consiste en las 24 horas que tienes frente a ti, ¿cómo las vas a aprovechar?, ¿vas a permitir que correos electrónicos sin sentido, "facebook", "twitter", "whatsApp", "messenger", tareas sin importancia, interrupciones y otras distracciones consuman tu día? O por el contrario, con responsabilidad, ¿vas a aprovechar tu tiempo, controlar tus tareas y hacer el día completamente tuyo?
Para empezar pregúntate lo siguiente:
1. ¿Qué se espera de mí? Cualquier valoración real de prioridades debe comenzar con una apreciación de lo que la persona debe hacer. Al ordenar estas prioridades siempre se comienza con lo esencial, haciendo un análisis cuidadoso antes de pasar a la siguiente tarea.
2. ¿Qué es lo que te reditúa la mayor ganancia? Así que vas avanzando en tu carrera, comienzas a descubrir que algunas actividades te proporcionan mayor satisfacción que otras, por el esfuerzo que les dedicas. El siguiente foco de atención debes centrarlo en estas actividades tan productivas.
3. ¿Qué es lo que me recompensa mejor? Si tú haces únicamente lo que tienes que hacer, resulta que serás muy productiva, pero no estarás motivada. Es pues, también es importante conocer qué es lo que te proporciona satisfacción personal. Nadie puede tener éxito si no cuenta con la disciplina para cumplir con las dos primeras áreas antes de agregar la tercera.
Si enfocas tus prioridades contestando estas tres preguntas, tendrás una mejor idea de lo que deberías pasar por alto.
PERMANECE EN TU ZONA FUERTE. Evalúa tus prioridades -las prioridades no son estáticas, tienes que reevaluarlas todos los días, ¿por qué? Las condiciones cambian continuamente, tu efectividad se muestra en circunstancias que se presentan y que requieren cambiar de planes.
DELEGA SIEMPRE QUE SEA POSIBLE. La mayoría de las personas cae en dos categorías cuando se trata de delegar: son perfeccionistas o cómodas. Las perfeccionistas no pasan a otros algo que piensan es importante -porque ellas son las únicas personas indicadas para hacerlo. Su meta es la perfección. Las cómodas están prontas para deshacerse de tareas, sin importarles los resultados.
¿Cuál es el estándar correcto para delegar? Si alguien puede hacer la tarea un 80 por ciento tan bien como tú, entonces confía en ella y pide su ayuda. Si haces una buena labor motivando, alentando y recompensando, las personas serán grandes colaboradoras.
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