El aeropuerto internacional de Praga-Ruzyne se llama oficialmente "Vaclav Havel Airport Prague", en memoria del literato y primer presidente de la Checoslovaquia democrática y quien jugó un papel crucial en la recuperación de las libertades cívicas tras cuatro décadas de comunismo.
Havel falleció el pasado 18 de diciembre, a la edad de 75 años, y muy pronto surgió una iniciativa de personas cercanas a él para rebautizar el aeropuerto con su nombre, lo que el Gobierno aprobó en consejo de ministros en marzo pasado.
El acto celebrado coincide con el aniversario del natalicio de Havel, quien murió por una complicación pulmonar en su casa de campo de Bohemia oriental.
"Un aeropuerto es una encrucijada de caminos y símbolo del libre flujo de personas e ideas. Para nosotros, fue durante muchos años la puerta al mundo libre, y para los extranjeros la entrada para entrar en nuestro país", recordó su viuda, la actriz Dagmar Havlova.
"Cambiar el nombre del aeropuerto por Vaclav Havel es un acto simbólico. Pero este símbolo tiene hasta hoy un contenido vivo y concreto: la caída de las barreras fronterizas y la apertura al mundo, y creando un buen nombre para la República Checa", añadió Havlova.
Algunos de los oradores constataron que el antiguo nombre del aeropuerto, Ruzyne, está en el subconsciente checo unido a la prisión del mismo nombre, pues es la misma localidad donde se encuentra el aeródromo.
Estuvieron presentes en el acto numerosas personalidades y miembros del Gobierno, aunque no asistieron ni el primer ministro, Petr Necas, ni el jefe del Estado, Vaclav Klaus, que no tuvo una relación muy cordial con Havel.
En el aeropuerto se instalará una exposición con citas del dramaturgo, y se colgará un gran tapiz, ambos creados por artistas vinculados a Havel, y financiados con fondos privados.
