La desobediencia civil es honrosa cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y la felicidad”. LÓPEZ OBRADOR
Andrés Manuel López Obrador descalificó ayer el fallo del Tribunal Electoral federal al justificar que no puede reconocer a un "poder ilegítimo" surgido de la compra del voto.
Solo, sin la presencia de líderes de la izquierda y sin aceptar preguntas de los medios, el excandidato presidencial advirtió que prefiere que lo llamen mal perdedor, loco y mesiánico antes que aceptar un régimen corrupto y de complicidades.
Y la desobediencia civil, apuntó, es un honroso deber cuando se aplica contra los "ladrones de la esperanza y la felicidad".
"Al pueblo de México informo que no puedo aceptar el fallo del Tribunal Electoral que ha declarado válida la elección presidencial. Las elecciones no fueron limpias, ni libres, ni auténticas.
"En consecuencia, no voy a reconocer un poder ilegítimo, surgido de la compra del voto y de otras violaciones graves a la Constitución y a las leyes; de otra manera, implicaría traicionar a millones de mexicanos que luchan contra la simulación", dice la carta pública que leyó en su casa de campaña.
López Obrador no llamó a movilizaciones inmediatas para protestar contra la resolución de los jueces electorales, pero convocó a una asamblea nacional en el Zócalo capitalino el 9 de septiembre, para definir, junto a sus seguidores, qué sigue para su movimiento.
"Adelanto que continuaremos defendiendo los derechos individuales y sociales de todos los ciudadanos, usando para ello nuestra autoridad política y moral. Seguiremos actuando con responsabilidad y por la vía pacífica, sin dar motivo para que los violentos nos acusen de violentos. No claudicaremos", apuntó.
El tabasqueño lucía cansado, serio, pero sonrió cuando bromeó con los representantes de los medios por las fallas del micrófono.
En los seis minutos que duró su mensaje, no mencionó de manera directa a Enrique Peña Nieto o al PRI.
Afirmó que si bien es cierto que debe respetar a las instituciones, en México el problema es que éstas están secuestradas por la delincuencia "de cuello blanco", así que un Estado que no procura la justicia ni la democracia, no es más que un instrumento de poder al servicio de un grupo de intereses creados.
"La desobediencia civil es un honroso deber cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y la felicidad del pueblo", dijo.
