Por el cortometraje Sones mixes en la ciudad, Yovegami Ascona Mora, originario de la comunidad mixe de San Juan Guichicovi, Oaxaca, en la región norte del Istmo de Tehuantepec, ganó el primer lugar en la categoría de documental del Primer Concurso Nacional de Documental y Cortometraje para Jóvenes Miradas sin tiempo.
En el certamen, convocado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), se recibieron 47 películas, de las cuales se premió a siete trabajos.
Sones mixes en la ciudad narra la migración de la música, pues mientras en las comunidades mixes de Oaxaca los sones de las bandas tradicionales de la región se apagan ante la preferencia por la música sinaloense, en la Ciudad de México se ha gestado desde la década de 1970 una nueva tradición que rescata del olvido sones y jaranas del norte del Istmo de Tehuantepec.
En un comunicado del INAH, su realizador comentó que su trabajo es una recreación de la presencia de esta etnia en la Ciudad de México, a través de la historia de la Banda Rey Condoy Mixe, cuyos integrantes llegaron en los años 70 del siglo pasado, originarios de la comunidad de Tlahuitoltepec.
Durante la ceremonia de premiación a los siete trabajos fílmicos ganadores en las tres categorías: Documental y Cortometraje de ficción, Videoclip y Proyecto Fílmico, el director del INAH, Alfonso de Maria y Campos, destacó que el certamen estuvo dirigido a jóvenes de entre 18 y 30 años con la finalidad de apoyar trabajos de propuestas frescas y novedosas.
Señaló que el objetivo es estimular la creación de cine antropológico que ofrezca nuevas miradas sobre la diversidad cultural, tanto del ámbito rural como urbano, porque con la migración, en las ciudades se están recobrando importantes tradiciones de comunidades indígenas.
El funcionario dijo que algunos de los trabajos sorprendieron al jurado por su gran calidad, capacidad narrativa y compromiso con los temas establecidos en la convocatoria, aspectos que, más que la técnica, fueron considerados para otorgar los reconocimientos.
Otro de los premios de Miradas sin tiempo se entregó a David Rodríguez Jaramillo, de la Ciudad de México, por su trabajo titulado Cardenche, en la categoría de Videoclip.
Se trata de una propuesta animada, basada en calaveras que representan antiguas y casi olvidadas voces cardenches, como una alegoría a la muerte que amenaza este canto popular mexicano, hoy en peligro de extinción, propio de los campesinos de Durango y Coahuila.
El primer lugar en la categoría de Apoyo al Desarrollo de Proyectos Fílmicos se otorgó al trabajo Vestigios del paraíso, elaborado por Antonio Hernández Martínez.
Dicho proyecto es un ensayo visual basado en la historia de tres niñas de familias distintas, que busca hacer un retrato etnográfico y antropológico de la sociedad de la Costa Chica de Oaxaca, particularmente de las afrodescendientes.
De los problemas que enfrentan por la gran afluencia de turismo y las afectaciones en la reserva natural, a su vez origen de conflictos sociales dentro de la comunidad.
En esta primera edición del concurso Miradas sin tiempo, del total de trabajos ocho aspiraban al apoyo a desarrollo de proyectos, 13 a videoclip, nueve a cortometraje y 17 a documental.
Las propuestas se recibieron de diversas entidades de la República Mexicana, como Chihuahua, Veracruz, Colima, Campeche, Nayarit, Estado de México y el Distrito Federal.