Con gusto. Elvira Sierra Martínez tiene 32 años dedicándose a la venta de tamales.
EL SIGLO DE TORREÓN / Edith González
La "tamaliza" del 2 de febrero forma parte de una de las tradiciones más arraigadas de la cultura mexicana. Ya sea por culto religioso o convivencia, en escuelas, centros de trabajo o el hogar, se degusta el citado platillo mexicano.
Desde hace 32 años Elvira Sierra Martínez se dedica a sacar de "apuros" a padrinos de los Rosarios o a los afortunados de la Rosca de Reyes. Vende tamales por pedido.
Por necesidad, la mujer aprendió a hacer tamales, pues buscaba un ingreso extra para apoyar a su esposo a sostener la casa y a sus cinco hijos. Aunque en su primera venta no logró vender ningún tamal, todos se los comieron ellos.
"La primer vez me ayudó una cuñada y ese día, me acuerdo, nos los comimos todos, no vendí nada. Pasó el tiempo y una vecina me animó a hacer tamales para vender y desde entonces no los he dejado de hacer".
Mientras unta la masa en las hojas de tamal, la mujer comenta que la preparación de este típico platillo mexicano "es pesado", pues se le tiene que dedicar varias horas, sin embargo confiesa que la cocina, siempre ha sido una de sus pasiones, por lo que no le disgusta pasar varias horas ahí.
"Es pesado, es muy cansado, pero siempre me ha gustado cocinar lo que es muy importante para que la comida te quede bien".
Son los meses de diciembre a febrero los que tiene el mayor número de pedidos, que van desde los 50 hasta los 300 tamales.
Elvira comenta que el día que deje de cocinarlos, para ella será como si se perdieran estas fechas, pues además de venderlos los cocina también para su familia.
"Tengo tanto haciendo tamales para Navidad, Año Nuevo, Día de Reyes y Día de la Candelaria, que cuando deje de hacer es como si ya no festejara esos días".